Carrera:
Licenciatura en Psicología
Materia:
Psicología Clínica de Adultos
Docentes: Dra. Beatriz M. Rodríguez
Lic. Gustavo Gaccetta
Alumna: Viviana Collado
Legajo: 8.638
Año: 2014
Introducción
El presente trabajo se propone la
articulación del “Caso Marina” (segunda sesión) del programa “En terapia” con
los temas de Trasferencia y Contratransferencia.
Reseña
del Capítulo
Marina Generis (30 años), es
médica, y trabaja como residente en un hospital de la Ciudad de Buenos Aires.
Está en pareja con Andrés desde
hace dos años y comienza terapia a pedido de éste.
Están en un momento de la
relación en el que: o apuestan a crecer como familia, formalizando la unión con
el casamiento (que es lo que espera Andrés), o bien, se separan.
Esto se presenta para Marina como
una encrucijada de la que no sabe cómo salir, pudiendo vislumbrarse en el transcurso
de la sesión las dificultades y la angustia que esta situación le ocasiona a su
vida y además se entremezcla con la confusión que se le presenta con la persona
del analista, de quien se “enamora”.
Articulación
Teórica
Marina comienza la sesión
contando que le dijo que sí a Andrés: “me caso”... y continúa: “Sos el invitado
de honor... No hay segundas intenciones ni nada para analizar”.
Todo esto se da luego de que la
semana anterior le confesara a su analista que estaba enamorada de él...
En “Sobre la dinámica de la
transferencia” S. Freud menciona que si la necesidad de amor de alguien no está
satisfecha por la realidad (como es el caso de Marina quien dice querer a su
pareja pero no amarlo y admite estar en un dilema sobre el futuro de esta
relación) entonces ésta volcará su libido hacia cada nueva persona que aparezca
(incluido el analista), tanto la porción consciente como la inconsciente…
-Marina: “Lo estoy engañando hace
mucho tiempo (a Andrés), ¿me vas a decir que no te diste cuenta? Yo estoy
enamorada de vos, esto se fue haciendo cada vez más fuerte y te volviste el
centro de mi vida”.
En “Nuevas puntualizaciones sobre
el amor de transferencia”, S. Freud señala que dicho enamoramiento “fue
impuesto por la situación analítica y no se le puede atribuir a las excelencias
de la persona del médico”, y aclara que dicho enamoramiento no es auspicioso
para la cura ya que el paciente pierde todo interés por el tratamiento, no
quiere oír más que de su amor y que su demanda le sea correspondida resignando
sus síntomas o despreciándolos. (“te volviste el centro de mi vida”).
Esto se refleja claramente cuando
el analista intenta anudar este sentimiento que ella confiesa con otras
situaciones de su vida. Lo que deja entrever Marina es un fuerte enojo y
molestia, responde con argumentos como: “dejá de analizar”, “qué tiene que ver
esto que me decís con el amor que yo te planteo”, desestimando así todo intento
de interpretación, de asociación, de trabajo analítico por parte del analista.
Se resiste a pensarlo, se niega a
creer que esto que hoy siente y le pasa en su cuerpo no es tal cosa... eso a lo
que ella llama “amor”...
Freud va a situar a la resistencia
precisamente en estos momentos, en los momentos en que se deniegan las
asociaciones libres. Se da, además, cuando aparece una ocurrencia relativa al
médico.
“La trasferencia es por una parte
la más fuerte resistencia al tratamiento y por otra, la condición del éxito en
la cura. Entonces la trasferencia resulta apropiada como resistencia en la cura
cuando es una trasferencia negativa o una positiva de mociones eróticas
reprimidas”. (Freud; 1912).
La transferencia actúa como un
importante resorte que impulsa el trabajo analítico. Mientras opera en favor
del análisis se la debe sostener, en cambio si se muda en resistencia (transferencia
erótica u hostil) debe hacerse consciente.
“La situación analítica es
particularmente propicia para dar lugar al surgimiento de derivados de lo
reprimido, estos se expresan en la forma de necesidades emocionales muy
concretas dirigidas a la persona del analista. Ahora bien, simultáneamente,
hará su aparición cierta resistencia contra lo reprimido falseando el sentido
real de las circunstancias...” (Rodríguez; 2010).
-Analista: “Yo soy tu analista, no soy una opción real”...
-Marina: “Lo entiendo, lo sé, que
sos mi analista y no puede pasar nada entre nosotros, pero mi cuerpo no sé si
lo entiende”.
Queda excluido ceder o rechazar
inamistosamente a las demandas del paciente derivadas de la transferencia.
Superamos la transferencia demostrando al paciente que sus sentimientos no
provienen de la situación actual y no valen para la persona del analista, sino
que repiten lo que a él le ocurrió una vez con anterioridad. (Freud; 1917)
Marina: Acá estamos hablando de
algo real, que estoy enamorada de vos… esa es la realidad.
Analista: “Yo quiero hablar de
fantasías... Me acuerdo de algo que me contaste de cuando tenías 15 años... pensemos
en ese periodo... (recuerda la historia en la que ella se enamora de alguien
mayor, prohibido también, como huida de otra situación) ¿Que querés? ¿Ir de
campamento conmigo y no volver nunca más? (como en aquel episodio pasado).
Freud plantea que ese amor es
genuino, que no conlleva ningún rasgo nuevo que surja de la situación presente,
sino que se compone de repeticiones y reacciones anteriores...
“Esta investidura se anudará a
uno de los clisés preexistentes en la persona en cuestión o lo que es lo mismo,
insertará al médico/analista en una de las series psíquicas que el paciente ha
formado en ese momento.” (Freud; 1912).
Marina: la diferencia es que yo
no quiero que me adoptes, quiero que me hagas el amor.
Analista: ¿Querés que te haga el
amor o que te salve?
“Consentir la apetencia amorosa
de la paciente pone fin a la posibilidad de influir mediante el tratamiento
analítico. Uno debe guardarse de desviar la trasferencia amorosa, de ahuyentarla,
y con igual firmeza uno se abstendrá de corresponderle. A la trasferencia de
amor hay que retenerla pero tratarla como algo no real, como una situación por
la que atraviesa la cura, que debe ser reorientada hacia sus orígenes
inconscientes, para poder ser gobernada”. (Freud; 1924).
Cuando el analista le propone
indagar acerca de ese “sí” en respuesta al pedido de Andrés, del origen de esa
afirmación verbal cuándo toda la semana lo que actuó respecto a esta decisión
fue un
“no”...
Marina contesta: “¿Realmente no
sabes de donde viene ese sí?, Porque vos me dijiste que no”.
Para Freud, la cura tiene que
abrirse paso a pesar y a través de la trasferencia amorosa (erótica). No se
realiza induciendo al paciente a sofocar aquello pulsional, a renunciar al
amor, ya que este amor como se mencionó anterioromente, fue llevado a la
superficie por la relación analítica.
Sí se debe dejar en claro y
sostener las reglas básicas del análisis, como lo es la abstinencia.
La cura tiene que ser realizada
en la abstinencia. “De parte del analista, no se debe satisfacer las demandas
del paciente ni desempeñar los papeles que éste tiende a imponer”.
Esto posibilitará que se encamine
el tratamiento hacia la dirección de la cura: lo que lo hace posible es el
hecho de no perder el eje por parte del analista, de tener en claro su lugar en
esa escena y su saber hacer con eso. Esto implica inevitablemente el
conocimiento de sus propios sentimientos y también el alcance de sus propios límites.
Conlleva además, una implicancia ética.
En relación al principio de Neutralidad,
ésta alude también a la función del analista, en relación a sus
interpretaciones y a poder soportar/sostener la transferencia limitándose a
intervenir en determinadas circunstancias...
Todo esto nos remite nuevamente al saber hacer del analista.
Algo interesante para analizar
también en este episodio es el papel del analista desde la contratransferencia.
Freud señala que es necesario que
el analista esté en condiciones de detectarla y dominarla, algo que no sucede
en esta sesión en el momento en que Marina pide ir al baño y el analista pierde
el eje, no sabe cómo resolver la situación sin dejar salir a luz su nerviosismo
e incomodidad.
Considero que se le dificultó por
demás el manejo de esta situación, no pudo poner la distancia necesaria, ni lo
hizo de manera pertinente.
Es clave para el buen manejo de
la contratransferencia que el analista conozca y maneje adecuadamente sus
deseos en relación al paciente. Que pueda detectar aquello del paciente que
actúa como disparador de eso que él mismo actúa, y que siempre está en relación
con sus propios deseos.
“la contratransferencia podrá ser
concordante con el sentir del paciente o complementaria al mismo, pero siempre
será una resistencia del analista, un monto de afecto que le impide el pensar
analítico, originado en deseos inconscientes” (Rodríguez; 2010)
Fuentes
Bibliográficas
Freud, Sigmund [1912] “Sobre la
Dinámica de la Transferencia”; en Obras
Completas, Vol. XII; Amorrortu Editores.
Freud, Sigmund [1914] “Nuevas
puntualizaciones sobre el amor de Transferencia” ”; en Obras Completas, Amorrortu Editores.
Freud, Sigmund; [1917] “27°
Conferencia, La Transferencia” ”; en Obras
Completas, Amorrortu Editores.
Rodríguez, Beatriz M. “La sonrisa
estúpida, reflexiones acerca de los estados afectivos en el terapeuta a
propósito de un paciente operatorio”; en: Desde
la clínica, Buenos Aires; Lugar Editorial, 2010
Rodríguez, Beatriz M. “Notas
sobre transferencia”, en: Desde la
Clínica; Buenos Aires; Lugar Editorial, 2010.
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