Carrera:
Licenciatura en Psicología
Asignatura:
Psicología Clínica de Adultos
Docentes:
Dra. Beatriz M. Rodríguez
Lic. Guatavo Gaccetta
Alumna:
María Mercedes Salaverry
Año:
2014
PROGRAMA “EN TERAPIA”
CAPITULO 6: “MARINA”
RESEÑA:
El capítulo comienza unos
minutos antes de la sesión con Marina, médica residente, quien con anterioridad le ha
confesado en otra sesión, su amor al analista.
El consultorio funciona en
el living de la casa del analista. La primera escena se desarrolla en el baño
del consultorio, cuyo inodoro se ha tapado, y Guillermo, (el analista),
infructuosamente intenta destapar; llama a su mujer, que le propone habilitar el
baño del piso superior para los pacientes ese día, hasta tanto se solucione el
problema.
Guillermo está inquieto,
malhumorado, manifiesta disconformidad con la solución propuesta por su mujer, que desestima el problema y considera no tiene la magnitud que el marido le imprime.
Hay malestar entre ellos,
que visiblemente proviene de otras circunstancias que exceden al problema doméstico
del baño.
Suena el timbre y aparece
Marina, se sienta en el sofá frente a él y le cuenta en
principio, que ha aceptado la propuesta matrimonial de su novio Andrés.
Le comunica que han decidido
con su novio convertirlo en “su invitado de honor”, junto con su mujer.
Él indaga la naturaleza de
esta manifiesta alegría, a lo que Marina va contestando con una sonrisa, que esta decisión es una manera de esquivar su estado de
depresión, su forma de calmarse.
Guillermo le hace una
observación, en referencia al cambio de “profundidad” de la sesión pasada, con
esta “calma” actual, recurriendo a una metáfora donde un buzo en las profundidades
del mar, evita la falta de aire ascendiendo a la superficie calma.
Cuando él propone volver a
las “profundidades”, ella dice no querer tener una sesión deprimente.
Relata una visita a la casa
de la ex mujer de Andrés, que tiene un bebé, y va describiendo el encuentro con
imágenes acompañadas con sensaciones de miedo a quedar atrapada en esa
situación familiar tan poco, a su decir, atractiva, y carente de sensualidad.
Se pregunta por qué Andrés
la llevó a esa reunión, y qué habrá querido provocar en ella con ese encuentro.
El analista le pregunta qué
le preocupa de ese encuentro. Ella va enumerando razones de preocupación y
desprecio, hasta llegar a decir que el novio (que es analista), es un mediocre,
que si no es bueno en el amor tampoco lo será como profesional. Lo dice de una
manera enredada, como buscando complicidad en sus afirmaciones.
“¿De dónde viene ese sí?”
pregunta Guillermo refiriéndose a la aceptación de la propuesta matrimonial de
su novio.
“Porque vos me dijiste que no”, le responde
Marina.
Él la remite a una historia de la
adolescencia, próxima a la muerte de su madre, en la cual ella manifestó querer
ser adoptada por un matrimonio amigo, y fundamentalmente por el hombre, con
quien tenía una empatía muy particular; y propone a Marina
pensar este “enamoramiento” hacia él, como una manera actualizada del desear ser adoptada por aquel hombre.
“Hacer el amor y no adoptar”
plantea ella, “salvar y no hacer el amor” contesta él, todas posibilidades que
se barajan entre paciente y analista, para intentar interpretar esta situación
amorosa transferencial.
Marina interrumpe la
sesión para ir al baño, y Guillermo,
manifiestamente inquieto, intercepta la puerta, le explica que está tapado, y le
propone dar por finalizada la sesión.
Ella pide pasar al baño de la casa, el
de arriba, a lo que Guillermo se niega.
“Tenes miedo, ¿de qué tenes
miedo? ¿De que me vea tu mujer?”
Ella busca permanentemente
que él se reconozca también enamorado, que se corra del lugar de analista y le
confiese su amor, que supone, está inhibido de manifestar por su rol.
ANALISIS DEL CAPITULO
ARTICULACION CON LOS
CONCEPTOS DE TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA
Como dice Freud, “esta
frágil mujer, se ha enamorado del médico que la analiza” (1).
Plantea además que “la
enferma ya no intelige nada, parece absorta en su enamoramiento, y semejante
mudanza sobreviene con toda regularidad en un punto temporal en que fue preciso
alentarla a admitir o recordar un fragmento muy penoso y fuertemente reprimido
de su biografía” (1).
Como manera de exteriorizar
la resistencia a sumergirse en las profundidades, (parafraseando la metáfora
utilizada en sesión por Guillermo sobre la actividad de buceo), Marina se
enamora de él, y se enoja con el “encomillado” con que refiere su sentimiento , por sentirse desestimada y
tratada con “dulzura” (“qué dulce”), en
lugar de la deseada respuesta pasional.
Resulta interesante ver cómo
se toman, en el capítulo, las dificultades vinculares del analista con su
esposa, representadas en el episodio del baño tapado; como aquello que no debe
mostrarse, que deja al descubierto las miserias cotidianas, y pone en juego el límite
de lo público y lo privado. Arriba, está la vida familiar del analista, aquello
que por encuadre no debe mostrarse, abajo, el baño tapado, evidenciando que
algo de lo personal no funciona bien, y el paciente no debe saberlo. Como expresa Freud: “el médico no debe ser
trasparente para el analizado, sino, como la luna de un espejo, mostrar sólo lo
que le es mostrado”. (2)
Mucho más aún, porque no es
cualquier paciente la que está por llegar, a juzgar por el devenir de los
capítulos siguientes, y porque halagado ante el amor de Marina, él accede al
mismo, pese a los intentos inútiles de interpretar.
Este volver amorosamente
sobre la paciente, es expresión de contratransferencia. No le es fácil a
Guillermo hacer frente al acoso afectivo de Marina, teniendo en cuenta además,
su tambaleante relación matrimonial.
Pero como expresa Freud, él
técnicamente no debiera intervenir como individualidad psicosocial, sino
mantener la función de interpretar y soportar la transferencia, cumpliendo el
principio de neutralidad. (3)
“Las formas que estas
intrigantes mujeres se las ingenian para seducirnos y cautivarnos con todas las
perfecciones psíquicas concebibles hasta lograr su propósito”, dice Freud, y
agrega, “es penoso para el varón hacer el papel de quien rechaza mientras la
mujer lo corteja”, “una magia incomparable emana de aquella dama de elevados
principios que confiesa su pasión”.(4)
El análisis emprendido ha
mudado en resistencia, por la calidad de la inclinación amorosa, que procede de
la necesidad sexual, y la transferencia es positiva.
Pero para constituirse en
instrumento para el análisis, el analista deberá rehuir las demandas derivadas
de la transferencia por parte de la paciente, por constituir la repetición de
lo que con anterioridad le fue acontecido. Y deberá entonces proponer a la
paciente mudar esta repetición en recuerdo.
Así, de amenaza, la transferencia
logra convertirse en instrumento para la
cura, y solo en transferencia operativa, la paciente podría analizarse
exitosamente. (Neurosis de transferencia). (5)
CONCLUSION
Es interesante el análisis
de este capítulo, recortado entre toda la serie de capítulos, donde se puede
apreciar puntualmente la transferencia positiva, con la carga amorosa hacia el
analista y el esfuerzo constante de éste por interpretar; la resistencia , y su
articulación con los distintos textos, que aunque parezcan en algunos casos
obsoletos en su concepción del hombre y la mujer de otra época y otra sociedad,
tienen puntos en común con estos dos personajes de ficción, y la sesión
analítica en escena.
REFERENCIAS:
1.-Freud, S. [1915]
“Puntualizaciones sobre el amor de transferencia”. En: Obras Completas. Vol. XII. Buenos Aires, Amorrortu, 1990.
2.- Freud, S. [1912]
“Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico”. En: Obras Completas. Vol. XII. Buenos Aires,
Amorrortu, 1990.
3.- Gaccetta G. “Principio
de abstinencia y neutralidad”. Comunicación personal.
4.- Rodríguez, B. “Notas
sobre transferencia”. En: Desde la Clínica.
Buenos Aires, UdeMM, 2010.
5.- Freud, S. [1912] “Sobre
la dinámica de la transferencia”. En Obras
Completas. Vol. XII. Buenos Aires, Amorrortu, 1990.
No hay comentarios:
Publicar un comentario