jueves, 29 de diciembre de 2011

El caso Fritzl: el monstruo de Austria

FACULTAD de HUMANIDADES

Carrera: Licenciatura en Psicología   
      
El caso Fritzl: el monstruo de Austria

Materia: Psicopatología II
Docentes: Profesor Titular Dr. Alfonso Carofile
                  Profesores Adjuntos: Lic. Silvia Caserotto
                                                      Lic. Fabián Lombardi

Alumnos: Doello, Diego 
                 Eidlin, Darío 
                 Lacava, Carina 
                 López Seco, Clara 
                 Olivares, Santiago
Fecha: Octubre 2011
ÍNDICE
Un poco de Historia personal
El sótano
La ciudad
Las teorías 
Freud 
Lacan 
Henri Ey
Causas
Características
Conclusiones
Anexo
Bibliografía




Antes de adentrarnos en las teorías sobre el tema, nos parece apropiado contar primero el caso, la historia personal del sujeto, el contexto en el que vive, para así poder arribar a una conclusión más abarcativa.
Debido a los pocos datos que se pueden recabar sobre el caso a tratar, incluimos la mayor información posible, a fin de poder obtener un análisis certero, concreto y con la profundidad pretendida.

Empecemos con la historia…

Un poco de Historia personal…
Josef Fritzl, actualmente de 76 años, empezó a violar a su hija Elisabeth desde 1977, cuando ella tenía 11 años. En virtud del abuso de que era objeto, la chica escapó de su casa -situada en la localidad de Amstetten, a 120 kilómetros al oeste de Viena- en un par de ocasiones a los 16 años. La desaparición de la hija sin dejar rastro alguno hizo que los padres acudieran a la policía, donde el padre declaró que se trataba de una muchacha muy rebelde que probablemente había huido para irse a vivir con los miembros de alguna secta. La chica fue encontrada en las dos ocasiones por la policía y devuelta a sus padres. Cuando cumplió 18 años, el padre la encerró en el sótano de su casa. La razón esgrimida fue que la chica era rebelde y se ponía a “romper todas las reglas”, esto quiere decir, que iba a bares, fumaba y bebía alcohol; por lo tanto, el secuestro tuvo como finalidad el de “protegerla del mundo exterior” .
24 años fueron los que Fritzl tuvo encerrada a su hija; al principio, y durante 9 meses, la tuvo amarrada con una soga y con esposas contra una viga.
¿El resultado de las violaciones? Siete hijos, partos que el mismo Fritzl se ocupó de atender, y un embarazo gemelar, de los cuales uno de ellos muere al tercer día de haber nacido y Fritzl decide arrojarlo por la caldera e incinerarlo.
De los seis hijos que sobrevivieron, tres de ellos Kerstin de 19 años, Stefan de 18 y Felix de 5, nunca vieron el mundo exterior.
Los otros tres, Lisa de 16, Monika de 15 y Alexander, el gemelo, de 12, se las arregló para hacerlos aparecer en la puerta de su casa con notas escritas por Elizabeth refiriendo que los había tenido con personas de la secta y que por favor se ocuparan de ellos, ya que no podía ocuparse.
Acerca de su familia de origen, el padre de Fritzl abandonó el hogar cuando él tenía cuatro años, por lo que creció como hijo de una madre soltera y se crió sin padre. Fritzl asegura haber sido maltratado por su madre en la niñez. Al parecer esta tenía un temperamento explosivo y usaba la violencia física prácticamente a diario para controlar a su hijo Josef.
"Mi madre no me quería. Ya tenía 42 años. Simplemente no quería hijos y me trató en consecuencia. Me pegaba", explicó con voz serena. A los 12 años le anunció a su madre que no le permitiría tratarlo así y que se defendería. "A partir de ahí, me convertí en un demonio para ella", agregó. “Me pateaba y me pegaba hasta que me caía al suelo sangrando”, confesó Fritzl a la psicóloga del tribunal. “Yo odiaba a mi madre, pero también la amaba”, dijo:Pese a ello, cuando Fritzl adquirió su casa natal en Amstetten en 1959, al poco tiempo llevó a su madre a vivir con él y su esposa. Sin embargo, y se presume que a modo de venganza, Fritzl encerró a su madre en el piso superior de su casa en el que tapió con ladrillos las ventanas para que nunca más viera la luz del sol, prisión en la que la mujer permaneció hasta su muerte en 1980. Aunque no se sabe con exactitud cuánto tiempo Fritzl tuvo encerrada a su madre, se especula que pudieron haber sido 20 años.
Poco después de la muerte de su madre, Fritzl comenzó a construir la cárcel para su propia hija, a la que calificó como la mujer de su vida. “Ella era mi esposa y la única persona en la que confiaba. Ella me pertenecía”, afirmó:Parecería que la necesidad de control de la mujer, derivada de las dolorosas experiencias con su madre, el llamado impulso de dominio -mencionado por Freud en repetidas ocasiones- y nunca acotado por una figura paterna eficaz, así como la necesidad de gratificación de una libido edípica nunca satisfecha parcialmente como una relación de ternura en la relación con la madre en su momento, tuvieron mucho que ver con la dinámica de lo ocurrido en Amstetten.
En Amstetten nadie sabía que Fritzl había intentado violar a una mujer de 21 años en septiembre de 1967 en la ciudad vecina de Linz. Nadie sabía tampoco que había pasado 18 meses en la cárcel por violar a otra de 24 años en Linz también. La víctima de entonces, ahora una enfermera jubilada, ha rememorado cómo se despertó aquella noche de octubre cuando alguien tiraba de la colcha de su cama. "Pensé que se trataba de mi marido, que había vuelto". Pero era Fritzl, que había penetrado en la casa por la ventana de la cocina y empuñaba un cuchillo. En Austria, los antecedentes por delitos sexuales desaparecen de los archivos judiciales al cabo de 10 ó 15 años, según los casos. Ésa puede ser la razón por la que en 1994, cuando la policía investigó los antecedentes de Fritzl antes de permitirle adoptar un bebé, no encontraron ninguna mancha en su historial.

El sótano
En 1978 pide permiso a las autoridades locales para construir un sótano adicional bajo el  jardín de su casa, con la excusa de un refugio antibomba. A la cárcel subterránea, de unos 60 metros cuadrados y 1.70 metros de altura, se ingresaba por un estrecho pasillo que conecta con las habitaciones, una zona habilitada para cocinar y un baño. Pero el acceso no era nada fácil. La puerta de ingreso estaba escondida detrás de unas estanterías en el taller de trabajo de Fritzl, ubicado en el mismo sótano de la casa. La puerta secreta permanecía cerrada electrónicamente y sólo podía ser abierta con un código y un aparato a control remoto que el victimario llevaba consigo todo el tiempo. El sótano secreto no contaba con ventanas. Al parecer, la única conexión con el mundo exterior -además de la puerta de acceso- era un tubo de ventilación.
No tenían acceso a la luz natural, al aire fresco, ni espacio para correr o hacer ejercicios. Estas condiciones habrían contribuido a que su desarrollo se viera extremadamente limitado.
Pese a todas las restricciones, había una televisión con un video y una radio. El lugar estaba tan bien escondido que cuando la policía ingresó a la propiedad no pudo encontrarlo. Fue Fritzl el que tuvo que revelar la ubicación del sótano. El resto de la familia vivía en la parte superior de la casa y Fritzl les tenía estrictamente prohibido ir al sótano.

La ciudad
El pueblo no tiene nada en especial. Es una ciudad pequeña, situada entre Linz y Viena. Las casas robustas y las paredes altas protegen la independencia de sus habitantes. La vida en Amstetten se basa en el respeto y la confianza mutua.
No obstante, y más allá del ámbito familiar, los medios austriacos sospechan de la actitud displicente de la misma comunidad en la que se dieron los sucesos. Por tomar un ejemplo, un medio local publicaba lo siguiente: “La comunidad de Amstetten, incluida su población, debería avergonzarse. Los vecinos miraron, muy a conciencia, hacia otro lado”. Se puede suponer que hubo cierto grado de colusión del entorno social que, haciendo un uso generoso de la negación, no se quiso dar por enterada de lo que acontecía en la casa de los Fritzl. Entonces, la complicidad y colusión de toda la familia y del entorno social del barrio en el que habitaban los Fritzl, ¿son expresión de una complicidad basada en la comodidad o, por el contrario, hay determinantes en el inconsciente colectivo que propiciaron la necesidad de ocultar y negar los hechos? En “Tótem y tabú”, Freud decía que quien rompe un tabú es considerado un ente peligroso, tabú él mismo, pues su ejemplo puede despertar el deseo de imitación en los demás, de ahí la necesidad de castigar al transgresor. En este caso, operó la negación que posiblemente estuvo al servicio de un mecanismo parecido al relatado por Freud: al parecer la mejor forma que esta familia y su entorno social tuvieron para no caer en la tentación del incesto, fue la negación radical de un hecho que se extendió por 24 años… al menos eso es lo que se desprende de esa complicidad aparentemente inexplicable, de esa colusión de la madre, los hermanos y los vecinos acerca de lo que pasaba en el sótano de esa casa de Amstetten. La escritora Elfriede Jelinek, Premio Nobel de Literatura en 2004, opina que se trata de un tipo de psicopatología, que es el producto de las estructuras patriarcales arraigadas en la sociedad católica y conservadora de Austria. Fritzl prácticamente ha personificado la imagen del abuelo-Dios-padre que casi puede constituirse en un arquetipo del sujeto cuya fantasía es reinar sin límites y de que “en nombre del padre empieza y termina todo.” Coincidente con este tipo de arquetipo está el mundo exterior donde reina la tranquilidad, donde no pasa absolutamente nada y donde nadie se atreve a cuestionar la autoridad de este padre-abuelo.
Al mismo tiempo, es muy sugerente el grado de fascinación que este caso suscitó entre la población, ya que, junto con una serie de correos electrónicos de reprobación y repudio ante los hechos relatados, trascendió que Fritzl ha recibido también más de 200 cartas de amor de admiradoras que desean relacionarse con él.

Es importante mencionar que durante la Segunda Guerra Mundial, hubo en Amstetten dos subcampamentos del campo de concentración de Mauthausen – Gusen, y que en 1938, Hitler fue recibido con honores y nombrado ‘ciudadano de honor’, cargo honorífico que le fue retirado, por medio de la insistencia de un estudiante.

Las teorías
Nos centramos en tres teorías fundamentales, las cuales creemos que son la base para pensar el tema de perversión.

FREUD
En el texto “Tres Ensayos de una Teoria  Sexual”(1905) Freud, empieza a hablar de las necesidades sexuales que son expresadas mediante el supuesto de una “pulsión sexual”; hace una analogía con la pulsión de Nutrición: el hambre y la pulsión sexual: la “libido”.

Introduce los términos objeto sexual, que sería aquella persona de la que parte la atracción sexual y meta sexual, que sería la acción hacia la cual esfuerza la pulsión y destaca la existencia de numerosas desviaciones respecto a ambos.
Con respecto a las desviaciones del objeto: menciona en primer término a los “invertidos”, personas que eligen como objeto sexual a otras de su mismo sexo, haciendo una descripción de los diferentes tipos de inversión; a los que mantienen relaciones con niños (pedófilos); a los que mantienen relaciones con animales (zoofilia) en dónde la atracción sexual traspasa la barrera de la especie; Fetichismo cuando el objeto sexual normal es sustituido por otro que guarda relación con él, pero es completamente inapropiado para servir a la meta sexual normal; autoerotismo y  onanismo.
Con respecto a las desviaciones de la meta: Lo normal sería la unión de los genitales, acto que se designa como coito y que lleva al alivio de la tensión sexual. Pero ya en el acto sexual más normal se anuncian los esbozos de aquello que, si se desarrolla plenamente, lleva a las aberraciones que han sido caracterizadas como perversiones. Ciertas maneras intermedias de relacionarse con el objeto sexual, como el palparlo y mirarlo, se reconocen como metas sexuales preliminares. Las perversiones serían: a) transgresiones anatómicas respecto de las zonas del cuerpo destinadas a la unión sexual: sobrestimación del objeto sexual, uso sexual de la mucosa de los labios y de la boca; uso del orificio anal; y b) fijaciones de metas sexuales provisionales: el goce de la mirada como el de la exhibición, que sería el voyeurismo y el exhibicionismo; la erotización del dolor tanto en su forma sádica como masoquista.

Lo que pone el sello de la perversión en estas desviaciones sexuales es que superan las resistencias del asco, la vergüenza y el dolor.
Menciona que las psiconeurosis descansan en fuerzas pulsionales de carácter sexual afirmando que los síntomas son la práctica sexual de los enfermos. El carácter  histérico permite individualizar una cuota de represión sexual que rebasa con mucho la medida de lo normal, un aumento de las resistencias a la pulsión sexual (vergüenza, asco y moral).
Los síntomas, en modo alguno, nacen únicamente a expensas de la pulsión sexual llamada normal, sino que constituyen a la expresión convertida de pulsiones que se designarían perversas si pudieran exteriorizarse directamente, sin difracción de la conciencia, en designios de la fantasía y en acciones. Por lo tanto, los síntomas se forman en parte a expensas de una sexualidad anormal; la neurosis es, por así decir, el negativo de la perversión. 

La pulsión es la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir, que se diferencia del estímulo puesto que este es producido por excitaciones singulares provenientes del afuera. Lo que distingue a las pulsiones unas de otras y las dota de propiedades específicas, es su relación con sus fuentes somáticas y con sus metas. La fuente de la pulsión es un proceso excitador en el interior del órgano y su meta inmediata consiste en cancelar ese estímulo de órgano. Los órganos del cuerpo brindan excitaciones de dos clases, basadas en diferencias de naturaleza química. A una de estas clases de excitación la designamos como específicamente sexual y al órgano afectado como zona erógena de la pulsión parcial sexual que arranca de él.
Menciona también que la disposición para las perversiones forma parte de la constitución juzgada normal, diciendo que en la base de las perversiones hay en todos los casos algo de innato, pero algo que es innato a todos los hombres por más que su intensidad fluctúe.
En este texto Freud habla de Perversión sólo en términos de  la sexualidad, y refuta la creencia de que la pulsión sexual falta en el niño y aparece en la pubertad. Él cree que  la existencia de una pulsión sexual en la infancia posee el carácter de una ley.
Desliga el término sexualidad del de genitalidad, caracterizando a la sexualidad infantil como sometida al juego de las pulsiones parciales, por la  multiplicidad de las zonas erógenas. Esta sexualidad aparece antes de que las funciones genitales hagan su aparición con la maduración de estos órganos, y es considerada como perversa y polimorfa.

En sus inicios, la sexualidad está fragmentada en pulsiones parciales y en una serie de objetos parciales; objetos de la pulsión, el acceso a la elección de objeto está condicionado por las vicisitudes de los objetos parciales que imponen determinadas condiciones a la vida amorosa. No hay un objeto predeterminado por la especie ni tampoco hay maduración instintual que garantice la satisfacción. Solamente al final de una evolución tan compleja como azarosa se organiza la sexualidad bajo la primacía genital. El establecimiento de la organización genital instaura la “normalidad”, en la medida en que unifica la sexualidad y subordina las actividades sexuales parciales al acto genital. Esto supone la superación del complejo de Edipo, la asunción de la castración y de la prohibición del incesto.

En el texto “Un Recuerdo Infantil de Leonardo Da Vinci”(1910) comienza  a estudiar un nuevo eje teórico a partir de uno de los tipos de homosexualidad (la homosexualidad sublimada), y desarrolla el concepto de narcisismo. Ya no pone tanto énfasis en las conductas perversas. Perfila la idea de que las condiciones de amor y la elección  dependen de la posición del sujeto con relación al narcisismo y al Edipo, es un modelo de homosexualidad masculina que elige al partenaire a imagen del propio yo libidinizado, poniendo de manifiesto que se observa la elección narcisista del objeto. Se dedica a la génesis psíquica de la homosexualidad y se descubre un fortísimo enlace infantil a un objeto femenino, que generalmente es la madre, favorecido por la excesiva ternura que ésta desarrolla para con el niño, y se apoya también en el aislamiento del padre en esta relación. Se reprime el amor a la madre, sustituyéndose a ella, identificándose con ella y tomando como modelo a su propia persona, a cuya semejanza elije los objetos eróticos. Una persona puede transformarse en el curso de su constitución, en homosexual, siguiendo el camino de la identificación con la madre y encontrando su objeto erótico por la vía del narcisismo: amará a su partenaire como la madre lo amo a él en los primeros años y, de ese modo, retornará  un fin sexual que se satisface a sí mismo, porque el otro es él. Se trata siempre de una madre fálica.

En el texto “Pegan a un Niño”(1919), Freud menciona que las fantasías perversas no son aún perversión; él las denomina “signos primarios de perversión”, y de este modo quedan relacionadas con los objetos de amor incestuosos del niño en el Complejo de Edipo. Se trata de la fijación de la pulsión al amor al padre que se articula por el tránsito del Edipo con la conciencia de culpabilidad. La fantasía de flagelación “ser pegado”, expresa regresivamente la satisfacción genital en el sentido sádico anal y es un residuo del Complejo de Edipo.

En el texto “Un caso de homosexualidad femenina”(1920) la joven también se transforma en homosexual a partir de los deseos amorosos emanados del Complejo de Edipo, que en los años de pubertad fueron defraudados. Existía una intensa fijación a la madre que la desatiende, la abandona, celos hacia su hermano y una intensa envidia al pene y un enojo con el padre. Éstos son los elementos que predisponen la futura evolución.

LACAN
A diferencia de la sexualidad de los neuróticos, la sexualidad perversa no conocía la prohibición del incesto, ni la represión ni la sublimación. Si la sexualidad perversa no tiene límites, se debe a que está organizada como una desviación con relación a un empuje, a una fuente (órgano), a un objeto y a un fin. Freud no llegó a plantear a la perversión como una estructura, tarea que le va a corresponder muchos años después a Jacques Lacan.
A partir del concepto de perversión como estructura entre otras cosas, se va a establecer que las desviaciones sexuales no son propiamente de la perversión y que aparecerán en las otras dos estructuras (Neurosis y Psicosis) diferenciando así ESTRUCTURA de ACTO PERVERSO.
ACTO: son simbólicos, sólo pueden atribuirse a sujetos humanos. Una cualidad fundamental del acto, es que al actor se lo puede ser responsable de él; el concepto de acto es, por lo tanto, un concepto ético. Es posible que alguien realice un acto que pretende ser que no es no-intencional, pero que en él revela como expresión de un deseo inconsciente.
Mientras que en derecho, por ejemplo, una persona no puede ser considerada culpable de asesinato a menos que se demuestre que el acto fue intencional, en la cura psicoanalítica el sujeto es enfrentado con el deber ético de asumir su responsabilidad, incluso por los deseos inconscientes expresados en sus acciones. Tiene que reconocer, incluso, acciones aparentemente accidentales como actos verdaderos que expresan una intención, aunque inconsciente, y asumir esa intención como propia.
ACTO PERVERSO: desde “Tres Ensayos de Teoría Sexual” (1905), Freud plantea que el objeto y el fin de la pulsión sexual pueden adquirir completa autonomía uno del otro. Basándose en eso, define dos tipos de perversiones: 1) Acto perverso con respecto al cambio de objeto sexual (heterosexual) y así tenemos (objeto homosexual), zoofilia (objeto animal), paidofilia (objeto infantil); 2) Acto sexual perverso con respecto al cambio de fin sexual (coito genital). Así tenemos el fetichismo (fetiche), exhibicionismo (ser mirado), voyeurismo (mirar), sadismo (infligir dolor), masoquismo (recibir dolor). Todos estos llevan a una excitación sexual, con erección en el hombre, lubricación en la mujer, eyaculación y orgasmo. En la estructura perversa, a este acto perverso se le agregan una serie de codificaciones sexuales, y en la cual se va a fundamentar la diferencia entre ambos.
ESTRUCTURA NEURÓTICA: las neurosis se fundamentan en un mecanismo básico que es el de la represión, complementando en algunos casos (neurosis obsesiva) con los mecanismos de desplazamiento y anulación. Los elementos de la pulsión sexual reprimida llegarán en la neurosis a una satisfacción parcial a través de una formación de compromiso: el síntoma. En algunos casos el síntoma tiene la característica de un acto sexual perverso, como por ejemplo ciertos actos homosexuales en neuróticos, o situaciones o actos de sumisión sexual masoquista (síntoma) en hombres y mujeres neuróticas. En otras oportunidades, actos sexuales voyeuristas (pornografía); éstos, aparecen como formación de compromiso (síntoma) en estructuras neuróticas que están fundamentadas en la represión.
ESTRUCTURA PSICÓTICA: la psicosis en complemento a toda patología de la relación madre-hijo y al mecanismo de los mecanismos esquizoparanoides, va a estar fundamentada por un mecanismo descripto por Freud en 1918 y replanteada por Lacan en 1956, que Freud originalmente denomino verwerfung (desestimación) y que se tradujo como forclusión. Este mecanismo va a mantener al psicótico en un estado narcisista especular que le impide el advenimiento a un mundo ordenado por la ley del padre: prohibición del incesto, reconocimiento del parentesco y aceptación de la angustia de castración. El síntoma psicótico puede tener, en algunos casos, la forma de un acto perverso, como pueden ser actos homosexuales, y que, al analizarlos, se ve claro que pertenecen al registro psicótico. El acto puede ser perverso, pero la estructura que produce el acto es psicótica y no perversa. Esto también se observa en algunos casos particulares de fetichismo y sadismo, en donde el acto sexual perverso se acompaña de intensa violencia de muerte real del objeto de deseo: crímenes sexuales. Algunas veces, el análisis de estos casos muestra nuevamente que la estructura que produce estos actos perversos criminales es psicótica y no perversa.
Esto lleva a plantearse ¿Qué es una estructura perversa?
ESTRUCTURA PERVERSA: está fundamentada en un mecanismo descripto por Freud en 1927, mecanismo en el cual se desmiente una percepción (Verleugnug). De allí, el nombre de desmentida. Este mecanismo es uno de los fundamentales de la estructura perversa: A) LA DESMENTIDA: este mecanismo se refiere a que el niño en su primer encuentro con la diferencia sexual anatómica de los sexos encuentra una percepción insospechada la cual tiene que rechazar. Desmiente lo que ve ¡todos los seres humanos tienen pene! ¡La mujer y la madre también! Esta sorpresa cubre otra angustia: la de ser castrado. Así evita tener que sufrir por parte de la autoridad paterna la perdida de pene. Así, el niño en la desmentida no admite la realidad de la diferencia anatómica de los sexos. Esto limita y dificulta tres aspectos de su desarrollo: 1) su entrada en el Edipo; 2) la resolución del Edipo; 3) aceptar la angustia de castración y la prohibición del incesto (ley del padre). La desmentida es lo que surge en el encuentro entre una mirada y un visto. Lo que en ese espectáculo es insostenible, es  el horror y el efecto que se desprende de ese relámpago donde chocan fantasía y realidad. Esta coexistencia irreconciliable entre percepción y desmentida va a originar una escisión en el yo (ichpaltung) que va a complementar la formación de una verdadera estructura perversa. B) LA ESCISIÓN DEL YO: Freud plantea en su trabajo sobre fetichismo que hay numerosas pruebas de escisión del yo en la actitud del fetichista frente al problema de la castración en la mujer. Allí se encuentra la desmentida y la aceptación en forma simultánea. La escisión del yo reúne en si dos aseveraciones irreconciliables: la mujer ha conservado su pene y el padre ha castrado a la mujer. En el fetichista, el objeto fetiche perdura como el signo de triunfo sobre la amenaza de castración y a la vez de la protección de ella. Esto le va a permitir que la mujer sea soportable como objeto sexual. Accede a ella sólo a través del fetiche, y esto le ahorra también caer en la homosexualidad. Así, entendemos cómo la escisión del yo interviene cuando el sujeto aborda una situación irreconciliable con el deseo, deseo de que la mujer tenga pene. Realidad de la percepción que afirma la ausencia de éste. Este problema de la escisión del yo considerado en distintos planos va a organizarse en distintas formas que corresponderán con los diversos aspectos de las perversiones variadas.
En la perversión, el sujeto actúa como objeto de la pulsión, como el medio del goce del otro. El perverso asume la posición del objeto instrumento de una voluntad de goce que no es suya, si no del Gran Otro; trabaja para el goce del otro. Por ejemplo, en el Voyeurismo, el perverso se ubica como objeto de la pulsión escópica. Mientras que la neurosis se caracteriza por una pregunta, la característica en la Perversión es la falta de pregunta; el perverso no duda de que sus actos sirven al goce del otro. Por eso es raro que un sujeto perverso pida análisis, y en los pocos casos en que lo hace, no se debe a que trata de cambiar su modo de goce. El perverso no puede asumir la posición de “alguien que no sabe” ante un “sujeto supuesto saber”.

Dylan Evans, en su “DICCIONARIO INTRODUCTORIO DE PSICOANALISIS LACANIANO”, dice, entre otras cosas, al definir Perversión: “…la distinción entre actos perversos implica que, si bien hay ciertos actos sexuales estrechamente asociados con estructuras perversas, es también posible que tales actos sean realizados por sujetos no perversos, e igualmente posible que un sujeto perverso nunca realice tales actos en la realidad. También implica una posición universalista; mientras que la desaprobación social y las infracciones de las “buenas costumbres” pueden ser lo que determina que un acto en particular sea perverso o no, ésta no es la esencia de la estructura perversa. Una estructura perversa sigue siendo perversa incluso cuando los actos asociados con ella sean socialmente aprobados. Por lo tanto, lacan considera que la homosexualidad era una perversión, incluso cuando se la practicaba en la antigua Grecia, donde era ampliamente tolerada. (Esto no se debe a que la homosexualidad o cualquier otra forma de sexualidad sea naturalmente perversa; por el contrario, la naturaleza de la homosexualidad depende por completo de que infringe los requerimientos normativos del complejo de Edipo.”
Entonces, el sujeto se constituirá según el mecanismo que operó a partir del atravesamiento edípico, en alguna de las tres formas clínicas. Se instauran entonces tres formas de responder a la demanda del otro, de establecer cuestiones relacionadas con las relaciones de objeto y de respuesta en relación a la ley paterna.
HENRI EY
Se habla de desequilibrio psíquico, como se hablaba hace cien años de degeneración mental;  se trata de formas caracteriales psicopáticas, de caracteropatías, que dan lugar a conductas más o menos antisociales, sin que la alteración psíquica sea muy pronunciada. El denominador común reconocido por la literatura psiquiátrica contemporánea es su antisociabilidad y su impulsividad. Con este nombre, se designan a sujetos que presentan una anomalía de su personalidad, trastornos afectivos y caracteriales diversos y una propensión a las conductas antisociales. Los criterios de normalidad con relación a los cuales definimos a estos normales resultan de un compromiso entre apreciaciones estadísticas (sujetos aberrantes, excéntricos), apreciaciones de eficiencia (inadaptados, desadaptados, deficientes) y apreciaciones éticas (perversos, inmorales) o jurídicas (pre delincuentes, delincuentes, criminales).  Las personalidades perversas descriptas por Henry Ey, son: los perversos constitucionales y los sujetos afectos de perversión sexual.
Perversos constitucionales
Se trata de inválidos morales que no tienen ningún sentido moral y cuya conducta subversiva está constantemente dominada por las tendencias perversas y la malignidad. Este grupo de sujetos presenta rasgos de neurosis del carácter mal estructurado, muestran cierta afinidad con las perversiones, pero con un sello de particular impulsividad antisocial y existe entre ellos con frecuencia una proporción elevada de desarmonías o de alteraciones de las funciones somáticas, glandulares y nerviosas.
a-     Historia
El concepto de anomalía caracterológica de la personalidad procede históricamente de la noción de trastorno moral innato (“locura moral”), a la cual se ha buscado un substrato teórico. Fue Pinel quien en 1809 inició esta posición psiquiátrica al describir una forma de manía sin delirio. Esquirol hizo de ella la “monomanía instintiva” o “impulsiva”. La misma corriente de ideas, inspiró a Morel a llamarla “locura de los degenerados”, mientras que Pritchard en Inglaterra la describía como la “moral insanity” (insania moral). En Alemania, Kraepelin creó el término de “personalidad psicopática”.
b-     Estudio clínico de la personalidad del psicópata perverso.
Los clínicos están de acuerdo acerca de algunos elementos semiológicos fundamentales: la ausencia de déficit intelectual, de angustia o de delirio; la ausencia o debilidad de las reacciones ante los imperativos sociales, la insensibilidad a los medios de educación o de represión social, la inestabilidad afectiva y, sobre todo, la impulsividad. Estos rasgos del comportamiento son crónicos, pues forman parte del carácter mismo del individuo.
1)     LA TENSIÓN AGRESIVA. LA IMPULSIVIDAD. Éstos, son los rasgos esenciales de este comportamiento. El sujeto refleja las reacciones agresivas más primitivas. Su impulsividad parece resultar de la conjunción en un solo movimiento de dos fuerzas generalmente separadas: la demanda instintiva y la agresividad que resulta de su frustración.  El más pequeño obstáculo engendra un irresistible desencadenamiento de la acción. Ésta se dispara de golpe, sin reflexión, sin mesura y sin consideración por sus consecuencias.

2)     EL NÚCLEO CARACTERIAL DEL PERVERSO IMPULSIVO. Estos rasgos de carácter han sido descritos en tres términos: amoralidad, inafectividad, inadaptabilidad.

3)     DESEQUILIBRIO HOLOTÍMICO. El estudio del tono emocional muestra la existencia de rasgos variables, aunque siempre patológicos. Unas veces se trata de una exaltación permanente (tono colérico, irritabilidad, susceptibilidad, reacciones violentas), otras el comportamiento explosivo de la impulsividad. En ocasiones, se observa una hiperemotividad desordenada con teatralismo y mitomanía. Finalmente, puede observarse también un fondo ciclotímico o una organización esquizoide fría y cínica de la afectividad.

4)     LAS PERVERSIONES INSTINTIVAS. Estos psicópatas tienen una vida sexual anormal que implica tal o cual perversión (homosexualidad, sadismo, masoquismo, fetichismo, etc.) y sobre todo sus tendencias perversas presentan una gran facilidad para convertirse en actos.

5)     NIVEL INTELECTUAL. Lo más sorprendente es el contraste entre el desarrollo intelectual y el comportamiento antisocial.

6)     COMPORTAMIENTOS IMPULSIVOS PARTICULARES Y PROBLEMA MÉDICO-LEGAL. Existen ciertos actos que traducen muy bien el estilo particular de la perversión con impulsividad:
·         Robo y cleptomanía. La cleptomanía designa al robo impulsivo. El robo puede inscribirse dentro de la línea de las perversiones sexuales, como un medio de protección contra los peligros imaginarios.
·         Piromanía. El psicópata incendiario siente un verdadero júbilo específico en el hecho de prender fuego. Hay, en estos casos, pulsiones sádicas en juego.
·         Estafa y juego. El juego y las estafas tienen el valor de un comportamiento a la vez impulsivo, compulsivo y perverso. En este tipo de conducta psicopática existe una especie de placer en “jugar” con la culpabilidad y la punición.
·         Las reacciones homicidas. La mayoría de las veces se trata de crímenes impulsivos favorecidos por el alcohol, de asesinatos cometidos en bandas o complots de fanáticos.

7)     FORMAS CLÍNICAS. El aspecto generalmente monolítico de estas personalidades les confiere una especie de rigidez y de tipicidad, que es tal vez el elemento fundamental de su definición teórica y de su diagnóstico clínico.

8)     EVOLUCIÓN. Los casos son siempre observados en la juventud o en los primeros años de la madurez, y es que el fin de estos psicópatas (ya sea que terminen en el hospital psiquiátrico o en la prisión), no tiene historia. Debemos reconocer que la mayoría de las veces estas disposiciones caracterológicas persisten inmodificables, y desalientan todos los esfuerzos médico-sociales.

Las perversiones sexuales
Bajo este nombre se describen comportamientos sexuales regresivos que sustituyen con predilección y a veces en forma exclusiva las condiciones normales del orgasmo o a las conductas relacionadas con él.

a-      Historia
Los observadores preanalíticos, como Dupré, las atribuyen a anomalías constitucionales, a verdaderas enfermedades del instinto sexual. El descubrimiento de la sexualidad infantil, permitió a Freud profundizar en el condicionamiento psicosocial de las perversiones, considerándolas como conductas infantiles anacrónicas. En este sentido, forman parte de la historia del desarrollo humano, persistiendo en el adulto normal vestigios de las mismas. Por lo tanto, puede decirse que las perversiones son inmanentes o virtuales de todos. Posteriormente a Freud, Melanie Klein consideró a las perversiones como medios de defensa dirigidos contra una angustia primitiva.

b-      Principales perversiones
Las perversiones sexuales representan perversiones “parciales”, las cuales se clasifican en:
·         Deformación de la imagen de la pareja. Se trata de anomalías de la elección objetal: autoerotismo (onanismo), pedofilia, gerontofilia, incesto, zoofilia, fetichismo, entre otras.
·         Deformación del acto sexual. La erotización sustitutiva puede recaer sobre el placer y el dolor (sadomasoquismo), la mirada (voyeurismo, exhibicionismo), las funciones digestivas (coprofilia), las funciones urinarias (ondinismo), entre otras.

1-     FETICHISMO. Se trata de la inclinación erótica hacia “cosas” inanimadas o hacia partes corporales de los otros. La mayoría de los fetiches típicos son símbolos fálicos (botas, lápices, etc.), s i bien el comportamiento fetichista puede estar dirigido hacia los excrementos, la orina o a otros objetos cualesquiera, que adquieran un valor importante a causa de su origen o su poder evocador (cabellos, vestidos, etc.).

2-     EXHIBICIONISMO. Consiste en la necesidad incoercible de obtener un equivalente del orgasmo, a través de la exhibición de los órganos genitales. Esta perversión se caracteriza por su repetición estereotipada e incoercible.

3-     VOYEURISMO.  Consiste también en una particular erotización de la vista. El voyeur está fijado a la repetición de “escenas” que le han permitido dominar el temor a la castración, por medio de la sustitución del acto por la visión. A esta primera pulsión parcial, se agregan significaciones sadomasoquistas secundarias, que completan la significación de este acto, el cual consiste en las formas más típicas, en mirar ocultándose y en penetrar en el espacio cerrado de las relaciones privadas.

4-     PERVERSIONES ANALES. En este caso, la perversión consiste en la erotización de las funciones excretoras, propias o de los demás.

5-     SADISMO. La erotización del dolor infligido a otro resulta de diversas posibilidades, que pueden asociarse. La base fundamental se encuentra en la fijación a la experiencia esfinteriana primitiva, que es a la vez una experiencia de destrucción de los objetos excretados, y una experiencia social de sumisión a la autoridad y de rebelión contra ella.

6-     MASOQUISMO. Son sujetos que gozan en el dolor. Existen comportamientos masoquistas extremos que conducen a la sumisión total. El sujeto parece buscar una auténtica fusión con el objeto, como si formara parte del cuerpo de este objeto.

Por último, incluimos la publicación del Dr. Antonio Bruno, el cual, en su tesis doctoral del año 1958, “Personalidad Psicopática Perversa Post-traumática” hace un planteo extenso sobre el tema de las psicopatías.

El Dr. Bruno resume en cinco términos la sintomatología de este cuadro.
  • Inafectividad
  • Amoralidad
  • Impulsividad
  • Inadaptabilidad
  • Incorregibilidad
  • Inafectividad
-          Ya desde niño se observa el desapego y el carácter disimulado.
-          No manifiesta inclinación por nadie, permanece indiferente al afecto que se le brinda y se burla cínicamente de ello.
·        Amoralidad
-          Padecen los perversos una insensibilidad moral.
-          Una falta de juicio moral y de noción de ética.
-          Carecen de conciencia moral, de ausencia de sentimientos morales.
·      Impulsividad
-          La pérdida del sentido moral permite comprender fácilmente que los instintos no poseen freno alguno.
-          Además de la ausencia de sentimientos éticos altruistas, se aprecia como disturbio final afectivo una gran irritabilidad, que, unido a la falta de sentimientos morales, lo impulsan a cometer las más grandes brutalidades y crueldades, llegando fácilmente a actos agresivos (homicidios, lesiones).
·        Inadaptabilidad
-          Muestra ya sus primeros contactos sociales en disciplina, crueldad y manifiesta tendencia a la actividad delictiva.
-          La inadaptabilidad aparece tempranamente en el medio familiar, se sienten, estos enfermos, molestos a la autoridad  de sus progenitores.
-          Durante el período escolar es un alumno detestable, incapaz de observar los reglamentos escolares. Por su mentalidad, no tiene estabilidad en un oficio o empleo.
-          Por ello su vida comienza a desenvolverse al margen de la ley  y de la sociedad.
-          Detenidos, van a la cárcel, pero puestos en libertad vuelven a lo mismo; es imposible corregirlos.
·        Incorregibilidad
-          Puede desmembrarse de lo indicado como inadaptabilidad.
-          En efecto, no puede recibir los beneficios de la reeducación, pues son incapaces de alcanzar las posibilidades de una readaptación social siendo insensibles al castigo o al premio
Causas
Se cree que es causado por una variedad de factores. Muchos son de índole genético, heredados. Pero también el entorno de la persona, especialmente el de los familiares directos, tiene mucha importancia en su posterior desarrollo.
La manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños en las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones puede llegar a despertar un comportamiento impulsivo y agresivo. El abuso de estupefacientes también puede ser una de las causas. A su vez, el maltrato infantil contribuye a su desarrollo.
Las personas con padres antisociales o alcohólicos están en mayor riesgo. Por otra parte, el hecho de prender fuegos y la crueldad con los animales durante la infancia están ligados al desarrollo de la personalidad antisocial.

Características
-          Quebranta la ley constantemente.
-          Miente, roba y a menudo se involucra en riñas.
-          Descuida su propia seguridad y la de los demás.
-          No muestra ninguna culpa ni  remordimiento.
-          Tiene una visión de la autoestima distorsionada.
-          Una constante búsqueda de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), la deshumanización de la víctima o la falta de preocupación a las consecuencias.
-          El egocentrismo.
-          La megalomanía (delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia a menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control).
-          La falta de responsabilidad.
-           La extroversión.
-           El exceso de hedonismo (búsqueda del placer y objetivo o razón de ser de la vida).
-          Altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son muy comunes.
-          Sólo valoran a las demás personas en la medida en que puedan serles de alguna utilidad práctica, de modo que no tienen reparo alguno en atropellar los derechos ajenos cuando estos representan un obstáculo para el logro de sus propósitos.
-          El psicópata se muestra a sí mismo como incomprendido o víctima de la sociedad, guiándose siempre por sus propias reglas y no admitiendo nunca el menor remordimiento o vergüenza por sus atropellos.
-          Incapaces de tolerar las frustraciones, pueden ser muy violentos si no consiguen lo que se proponen por medios pacíficos. Propensos al aburrimiento, buscan continuamente las emocionales intensas y se consideran a sí mismos como personas de acción, intrépidos o temerarios.
-          El Psicópata tiene su propia realidad, donde todo lo que inunda su intrincada mente es cierto para él, dentro de una “lógica" de pensamiento que él justifica, porque la personalidad psicopática lo justifica todo echándole la culpa a otros
-          El Psicópata se siente víctima y no victimario, aún siendo consciente de sus actos, porque en aras de "su realidad", "hace justicia", por lo que considera simplemente satisfacer su necesidad de venganza o furia interior y de justamente hacer justicia por todo lo que a él le pasó.
-          Cauteloso, inteligente, sagaz, astuto, paciente, solitario, hábil, seguro, de condición física fuerte y certera.
Todas esas habilidades son las de un cazador, porque realmente lo que hace es aplicar la estrategia de "cazar": conoce el sitio con anterioridad, estudia el terreno, sabe dónde llega "la presa", espera y ataca, normalmente siempre de la misma manera.
El psicópata tiene, al menos, tres modos de relacionarse psicopáticamente con el otro:
1.- Asociativo
2.- Tangencial
3.- Complementario
1.- Asociativo
-          Es cuando un psicópata entra en relación con otro psicópata.
-          Este tipo de asociación se da cuando el proyecto que debe realizar lo supera ampliamente como individuo.
-          La relación es tensa y el equilibrio se mantiene mientras persista el objetivo.
-          Hay que recordar que estamos hablando de personas altamente narcisistas, egocéntricas; en consecuencia, el apego que puedan tener sólo lo justifica el objetivo.
-          El que más chance tiene de relacionarse y permanecer con un psicópata, es un neurótico.
-          Estas relaciones se mantienen, pero con explosiones y desequilibrios a lo largo de todo su desarrollo.
-          En esta forma de relación se expresan intereses comunes. Ambos psicópatas se necesitan por poseer "talentos distintos " y necesarios para conseguir ciertos fines.
-         Aquí se negocian las áreas de poder, y el eje tensional pasa por el objetivo a cumplir. Es por esto que este tipo de personalidades pueden mantenerse en relación.
-         Tratándose de narcisistas sólo el hecho de perseguir un objetivo hace tolerar la presencia de otro narcisista.
-         Es una relación objetivamente utilitaria por ambas partes y ambos conocen esta situación claramente. Cuando se concluye el proyecto, se acaba la relación.
2.- Tangencial
-         El encuentro con el psicópata es fortuito, inesperado, puntual. No es previsto por el otro. Es el claro ejemplo de víctima - victimario.
3.- Complementario
-         Esta forma de relación del psicópata con el otro donde encuentra su molde, donde encastra ajustadamente para ejercer su acción psicopática, el psicópata encuentra en este tipo de individuos su par, aquel que lo complementa, le llena sus huecos, lo satisface.
-         Y a su vez, el así llamado complementario, pasa por el mismo proceso: encuentra el ser especial que le llena sus vacíos y trae a la superficie sus insatisfacciones más profundas, más ocultas, más oscuras las que permanecen en aparente silencio, domado por tanta carga inhibitoria.
-         "un animal enjaulado " que golpea sus barrotes; el psicópata abre esta jaula para que el complementario se manifieste.
Conclusiones
Tres son, a nuestro entender, las raíces de su caso: herencia, ambiente y su propia historia personal. En este tríptico se encuentra el misterio de un ser humano animal, patológico. ¿Cuáles son sus principales características?
1. Agresividad y violencia y dureza esperpéntica de su conducta que raya en lo insospechado. La maldad es fina, precisa, concreta, con determinación. Hay todo un despliegue de años en los que el daño infringido es imponente. Es difícil comprender una vida así: el maltrato físico y psicológico se inscribe en la galería tétrica de los personajes sin alma.
2. Ausencia de sentimientos de culpa. Una persona sana que hace daño a otras a conciencia o sin ella, se da cuenta de ello y se hospedan en su interior sentimientos privados de ser culpable de aquello que ha llevado a cabo. Aquí, en el caso del psicópata Fritzl, todo eso está diluido. La necesidad de reconciliación brilla por su ausencia, entre otras cosas porque el daño es nada más y nada menos, que de 24 años: ahí es nada. Es decir, hay una especie de “belle indiference” del propio sujeto, que contempla los hechos casi como si hablara de una tercera persona. Asiste impertérrito a contar ante la policía lo que ha sucedido, en los que él es protagonista demoledor.
3. Hay en su conducta una cierta apariencia de normalidad de cara al exterior. Los vecinos del pueblo de Amstetten lo definen como un hombre normal y corriente, sin ninguna cosa que llame especialmente la atención. Una inteligencia bastante desarrollada, que ha permitido sortear toda una serie de relaciones, contactos y vida social, que han mantenido su vida en silencio. Su hija Elizabeth ha sido para todas las gentes del pueblo, una chica que abandonó el hogar para unirse a una secta y desaparecer. Su comportamiento ha sido en apariencia sano, ya que nadie ha podido ni por asomo sospechar una cosa así. La turbulencia de los hechos malvados y devastadores se ha sumergido en una rara habilidad para esconder sus actos.
4. Todo psicópata tiene una seria disminución de los sentimientos: es la llamada amimia de los clásicos. Amimia significa falta de emotividad. El amor verdadero es el deseo y la necesidad de salir de uno mismo, buscando el bien del otro. El amor es el primer argumento de la vida: es lo principal. Capacidad para dar y recibir afecto. Y compartir la vida en sus grandes argumentos. En cambio, la afectividad de Fritzl es un desierto repleto de contenidos espeluznantes, en donde el mal toma la voz cantante y campa por sus respetos, sin dejar nada sin ser inundado por su tormenta de aullidos desoladores. Porque las cosas son así: todo lo que él ha llevado a cabo es humillante, con un dramatismo criminal, que sobrecoge y deja a cualquier ser humano normal, con una paralización y sin respuestas de forma inmediata.
5. El psicópata es antisocial por antonomasia: va contra las normas básicas que rigen en la sociedad. Aquí caben también muchos planos. Fritzl se salta todas y cada una de las reglas familiares y sociales más elementales. El ABC de cualquier convivencia salta aquí por los aires. Uno no puede creer que con su propia hija haya llegado tan lejos. La palabra crónico tiene aquí peso y medida. Su hija ha sido tratada como cosa, como mercancía, como instrumento de placer y sumisión. Ha sido él un carcelero torturador de alto nivel: inhumano hasta decir basta y saboteador de los derechos humanos en su mismísima base. Él ha fabricado una microsociedad enferma, el donde el egoísmo alcanza la cima de la egolatría: la idolatría de sí mismo en grado superlativo. Un narcisismo de película de terror en donde todos los ingredientes han llegado a su máximo punto de maldad y dureza sin cuento. El abuso sexual llevado al máximo deseo en forma y contenido.
Éste es un caso de frialdad total y absoluta, que le retrata de arriba abajo. En la psicopatía es esencial el concepto de alexitimia, palabra de origen latino que quiere decir: a, partícula negativa; lexos, lenguaje o expresión; y timia: sentimientos. Lo que quiere decir: sujeto que no sabe expresar sentimientos. Pero aquí no solo eso, ya que la gran mayoría de los alexitímicos no son psicópatas; en este caso, directamente no hay espacio para ellos. No ha sabido meter en su vida, aquello que es lo más noble de la existencia, la capacidad para amar de verdad a alguien y manifestarlo con palabras (lenguaje verbal), con gestos (lenguaje no verbal) y de modo sutil (lenguaje subliminal). Todo eso en él está hueco, vacío, inhabitado. Su relato de lo sucedido es sereno, sosegado, lo que produce en los que lo escuchan una mezcla de asombro, indignación y deseo de revancha y de justicia inmediato.

La vida es una oportunidad personal e intransferible. La felicidad consiste en tener un proyecto de vida atractivo y coherente, en donde los principales temas están llenos de sentido: amor, trabajo, cultura, amistad, superación de las heridas del pasado, pero todo envuelto en una atmósfera de afecto en sus más variadas y ricas versiones. En Fritzl se da justamente lo contrario.

Anexo
Para finalizar con el presente trabajo, nos pareció de sumo interés e importancia anexar una entrevista hecha al renombrado psicoanalista Jaques – Alan Miller, hecha por el Semanario político francés “Le Point”, el 08 de Mayo de 2008

Entrevista
Le Point: ¿Qué puede conducir a un individuo a tal grado de perversión?
Jacques-Alain Miller: Una buena educación, a la antigua, de altas virtudes morales... Me explico. ¿Por qué rasgos "Das Inzest-Monster", como le llaman los austríacos, quedará en los anales clínicos y policiales? Ud. puede imaginar que no será únicamente por el hecho del incesto, práctica bastante extendida, ni tampoco por el número de sus víctimas. Si es excepcional, es por la tenacidad, la constancia, la duración. Lo que se sale de lo común es la regularidad invariable de un acto inmundo, el método, la minuciosidad y la seriedad invertidos en el cumplimiento solitario de un único crimen que se prolongó durante un cuarto de siglo. Ni un error, ni un desliz, ni un acto fallido. Total quality. Son las mismas "eminentes cualidades" atribuidas, tradicionalmente, al carácter germánico. Puestas al servicio de la ciencia y de la industria han forjado la reputación de los países de lengua alemana. Por otra parte, era un ingeniero eléctrico y decía a su mujer que bajaba al sótano para dibujar planos de máquinas.
Si Gilles de Rais en Francia, Erzsebeth Bathory en Hungría, grandes señores feudales de los siglos XV y XVI, quedan en la memoria, es al contrario por el desorden de sus conductas, sus violaciones y asesinatos innumerables. El austríaco, pequeño notable de provincias es, también, un tirano pero puramente doméstico. Lleva una existencia perfectamente «casera» pero desdoblada. Es fiel a su hija Elizabeth, único objeto de su goce, a la que hace de alguna manera una segunda esposa. Le da siete hijos, el mismo número que a su esposa legítima. Parece que no se le puede reprochar ni abortos ni contracepción: es un buen católico. Opera con la más absoluta discreción, su conducta no da lugar a ningún escándalo, puesto que a esta segunda familia, la hace vivir bajo tierra, en un cuchitril sin luz natural donde no se puede estar de pie, a lo Luis XI.
LP: ¡No es, sin embargo, su educación que puede explicar su conducta!
JAM: Se ha sabido que fue educado sin padre por una madre que todos los días le pegaba con violencia. El hecho no ha debido quedar sin consecuencias. Siempre se puede decir que él quería vengarse del objeto femenino y protegerse contra sus caprichos... Pero sería complicado deducir su vicio de ahí: eran posibles otras salidas. En 1967, en el momento del nacimiento de Elizabeth, su cuarto hijo, J. Fritzl fue arrestado por violación; debió cometer otras. Parece como si hubiera decidido adoptar, y mantenerse en una bigamia incestuosa. No se le conoce más que algunas escapadas sexuales a Tailandia, con compañeros, notables de la ciudad. Volvía bronceado, en plena forma, junto a su pequeña familia que no veía jamás el sol.
LP: ¿Era una especie de Dr. Jeckyll – Mr. Hyde?
JAM: Era a la vez un Padre severo, el Padre de la ley, cuyo rigor implacable sorprendía a los que le veían regir su familia de arriba y; con su familia de abajo, un Padre gozador, fuera de la ley. En estos dos roles, en un cierto nivel, fue irreprochable: piensen que aseguró, sin fallar un instante, la subsistencia de todos los suyos. Al mismo tiempo, era sin duda un estafador: de sus operaciones inmobiliarias no queda más que considerables deudas. Es el Estado quien deberá pagar los años de psicoterapia y reeducación que necesitará la familia de abajo. El montante ya ha sido evaluado en 1 millón de euros.
LP: ¿La cultura patriarcal, la huella católica, la religión del “cada uno en su casa” que marcan a Austria, han podido jugar un papel?
JAM: Algunas de estas características valen para Sicilia. Pero no es muy imaginable una historia así en  Syracusa o Trapani: allí, las gentes que viven entre cuatro "muros" sin salir son más bien los mafiosos perseguidos por los carabinieri.
LP: Pero ¿es un azar que, después del «caso Kampusch», este crimen estalle en Austria?
JAM: El caso Fritzl, el caso Kampusch, produce sentido necesariamente. Mientras que, los Estados Unidos son la tierra bendecida de los criminales en serie, Austria adquiere la categoría, junto con Bélgica, de los perversos "caseros del subterráneo", si se puede decir así. El caso presente se distingue por su atmósfera de obediencia ciega. No solamente la de su mujer: Fritzl alquilaba habitaciones en su casa, con el paso de tiempo, por allí desfilaron una centena de inquilinos, él les decía que no podían bajar a su bunker, y ninguno imaginó enfrentarse a esta prohibición. En nuestros días se deploran, con mucho gusto, las infracciones hechas con respecto a la vida privada: es un reproche que no se le hará a los austríacos. En la Ybbstrasse, todo estaba en orden, la fachada elegante, el frigorífico subterráneo bien provisto, la ropa bien limpia y planchada. Se miraba la televisión en familia. ¿El bunker? Era un refugio antiatómico familiar, edificado con la ayuda de subvenciones oficiales. Un gran crimen popular es siempre un hecho social total, para retomar la expresión de Marcel Mauss: es un microcosmos de la sociedad, ella se refleja enteramente en el hecho. Fritzl: quizás criminal, pero, ante todo, Korrekt.En regla. Ningún traspiés. Nada de inconsciente. Ningún sentimiento de culpabilidad.
LP: En lo que concierne a la historia pasada, ¿se puede hablar de un pueblo que «reprime» sin tregua, rehusando mirar la realidad que tiene en frente?
JAM: Es lo que dicen los ingleses. Ven en Fritzl un símbolo de Austria. Es también la idea del novelita Josef Haslinger. La casa natal de Hitler está a una hora y media, por carretera, de Amstette; Mauthausen, aún más cerca. El canciller anuncia una gran campaña internacional de relaciones públicas para mejorar la imagen de Austria. Espíritus más prácticos piden, mejor, recursos para los servicios sociales. Un dibujo del Times de Londres muestra a Austria tumbada en el diván; detrás, Sigmund Freud. Podemos recordar que el país se ha ocupado de erradicar el psicoanálisis, o poco falta. El abogado alegará alienación mental. A la vista del extremo cuidado y maestría en el crimen y la duración del delito, la irresponsabilidad no está nada clara.



Bibliografía
        Apuntes propios de las cátedras de Psicoanálisis II, Psicopatología I y de Orientación y Practica Profesional, Universidad de la Marina Mercante, 2010.
        BAUMGART, A. “Lecciones Introductorias de Psicopatología". Buenos Aires: Eudeba, 2004
        BRUNO, A. Personalidad Perversa Post-Traumática”. Tesis de doctorado, 1958.
        EVANS, D. “Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano”. Buenos Aires: Paidós, 2010.
        EY, H.; BERNARD, P.; BRISSET, CH. “Tratado de Psiquiatría”. Barcelona: Masson, 1965.
        FREUD, S. “Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual”. Volumen VII. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1993.
        LACAN, J. “La relación de objeto”. El Seminario, Libro 4. Buenos Aires: Paidós, 2011.
        LACAN, J. “De otro al otro”. El Seminario, Libro 16. Buenos Aires: Paidós, 2011.

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