jueves, 24 de noviembre de 2011

Análisis de un fragmento del “Caso Dora” a partir del texto: La Femineidad y sus Metáforas (2)


Facultad de Humanidades

Carrera de Licenciatura en Psicología

Asignatura Psicoanálisis I



Docentes: Dra. Beatriz M.Rodríguez
                  Lic. Gustavo Gaccetta

Trabajo Práctico: Análisis de un fragmento del "Caso Dora" a partir del texto: La femineidad y sus metáforas

Alumna: María Mónica Bergmann
Número de legajo: 11650
Fecha de entrega: 14/11/2011

 

 

Consigna

A partir de la lectura de: La femineidad y sus metáforas, analice el siguiente párrafo del texto freudiano:
“A menudo, los motivos para enfermar empiezan a obrar ya en la infancia. La niña hambrienta de amor, que de mala gana comparte con sus hermanos la ternura de los padres observa que esta vuelve a afluirle si ella enferma y causa inquietud en los padres. Ahora conoce un medio para granjearse el amor de sus progenitores, y se valdrá de él tan pronto como disponga del material psíquico para producir una enfermedad. Cuando la niña se ha hecho mujer y, en total contradicción con los reclamos de su infancia, se ha casado con un hombre desconsiderado, que sofoca su voluntad, explota sin contemplaciones su capacidad de trabajo y no le brinda ternura ni le da dinero, la única arma que le queda para afirmarse en la vida es la enfermedad. Esta le procura la anhelada consideración, obliga a su marido a hacer sacrificios pecuniarios y a usar miramientos que no habría tenido de estar ella sana, y, en caso de que se cure, lo fuerza a tratarla con precaución, pues de lo contrario amenaza tener una recaída.”
Freud, Sigmund. [1901] “Fragmento de análisis de un caso de histeria”. (Caso Dora -Pág. 40) En: Obras Completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.


INTRODUCCION

En los estudios llevados a cabo sobre la histeria, se pone en evidencia que la relación que mantiene la enferma con su padre es determinante en el surgimiento de la enfermedad.

Se puede afirmar que determinadas experiencias infantiles acaecidas previamente al final del Complejo de Edipo, predisponen a futuras enfermedades o síntomas. Estos últimos sólo se darán a conocer si algún factor de la vida actual los desencadena por estar inconcientemente asociados con la representación previamente desalojada de la conciencia.

El fin de este ensayo será ir detallando las características de un neurótico histérico y los manejos que hace de y con su enfermedad. También se hará mención de algunas reseñas culturales respecto del rol y consideración que ocupó la mujer a lo largo de la historia.



DESARROLLO

Comenzaré con algunos datos teóricos para enlazar las reseñas e interpretaciones.

En el texto “La etiología de la Histeria”, una vivencia inofensiva puede llegar a ser un trauma y afectar fuertemente.
El conflicto psíquico aparece cuando una representación inconciliable es reprimida, desalojada de la conciencia. Ese mecanismo de defensa se produce cuando en la persona hasta ese momento sana, aparecen escenas de la vida cotidiana que pueden entrar en un nexo lógico o asociativo con tales vivencias sexuales infantiles inconcientes.

Freud clasifica las vivencias sexuales de la infancia en tres grupos de acuerdo con el origen de la estimulación sexual. El primer grupo son atentados únicos o abusos aislados perpetrados en niñas por adultos extraños a ellas. El segundo grupo lo forman aquellos casos en que una persona adulta cuidadora del niño o un pariente, introdujo al niño en el comercio sexual. El tercer grupo está formado por las relaciones infantiles genuinas.

Traigo esto a colación ya que es muy importante que cuando Freud habla de un pariente próximo se refiriere al padre que entra en escena tomando un papel activo como agente seductor y provocador del trauma. Veremos que más adelante ese papel se modificará.

Según esta primera teoría, la histeria era provocada por la agresión sexual de un agente externo, que deja en el psiquismo una huella. Esta huella se transforma en una representación psíquica fuertemente cargada de afecto. Como ese afecto es intolerable para la conciencia, la representación queda reprimida pero el afecto se traslada al cuerpo produciendo una inervación corporal. Esto es a lo que Freud  llamó conversión.

En 1906 en su obra “Mis tesis sobre la etiología de la histeria” argumentó que esta teoría estaba incompleta y agregó: “He aprendido a resolver muchas fantasías de seducción considerándolas como unos intentos de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual (...)”

El onanismo es una práctica desagradable a la vista de los adultos. Los niños tienen cantidades de excitación que no pueden controlar. Si a esto le sumamos su interés por la investigación, no podemos impedir esta práctica por más castigo que se imponga.

Para Freud, respecto del niño, el agente de castración es el padre. Es quien lo amenaza con cortarle el miembro si continúa tocándose.
En esta investigación de la que hablo, cuando la niña se da cuenta de que está desprovista del miembro que su hermano posee, se siente inferior y culpa a su madre por no haberla creado con el mismo. La solución que la pequeña busca es tener un objeto real: un hijo. Entonces, se dirige al padre, primero le pide un pene, y luego le pide un hijo. Ante la doble negativa del padre, lo esperable es que la niña busque su objeto de amor de manera exogámica.
Es la maternidad lo que va a permitir la solución de esta posición femenina.



RECLAMOS DE UNA “COSA”

La niña hambrienta de amor, que al crecer sigue insatisfecha por no haber logrado el pleno goce (tener el pene), sigue reclamando ser tenida en cuenta, ser priorizada. 
“(…) el filósofo y naturista Aristóteles, juzgaba a la mujer como mero recipiente que participa pasivamente en la procreación (…) en tanto el hombre posee el poder espiritual de la forma, el principio activo que permite gestar un ser”. Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 36
En palabras de la autora, la mujer era apenas considerada una “cosa” y como tal, no requeriría atención alguna.

Por el hecho de que el cuidador o progenitor posponga su goce, la niña adquiere ciertas actitudes egoístas, propias de la etapa narcisista que atraviesa, pero que si con el correr del tiempo se mantienen pueden impedir la correcta elección de un objeto exogámico. Es decir, elegirá un objeto semejante a ella, bonito como ella y que la satisfaga por su parecido.

La niña, ya mujer, sigue buscando esa satisfacción plena pero, en vez de buscar un partenaire exogámico que la cuide, la escuche y la valore, hace lo contrario a su verdadero deseo. De esta forma, elige como pareja a un hombre que no se dedica ni dirige a ella como ella quisiera. “(…) en total contradicción con los reclamos de su infancia, se ha casado con un hombre desconsiderado (…) ”Freud, Sigmund. [1901]


EGOISMO y ENFERMEDAD SINTOMATICA

La niña no desea compartir a su progenitor con nadie, menos con sus hermanos. Quiere acapararlo sólo para ella en el intento de que él le de su miembro y así pueda ella abandonar la inferioridad inconciente que la invade. Como no sabe cómo captar el interés y atención del adulto, desencadena síntomas histéricos y cae en la enfermedad neurótica. De esta forma, logra su cometido: tener a todos sus parientes y amigos cercanos preocupados y ocupándose de sus cuidados y necesidades. (Revierte lo argumentado por Aristóteles)

Encuentra en la enfermedad un aliado incondicional. (…) la única arma que le queda para afirmarse en la vida es la enfermedad (…) Cada vez que necesite cariño, atención, contención, etc., recurrirá a la misma herramienta que usó de pequeña, el síntoma histérico.

“(…) hallará en la asunción de su rol de enferma la oportunidad de obtener cierto poder y manipulación domésticos (…)” Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 58.

El síntoma actúa como una formación de compromiso entre el deseo inconciente de gratificación y una prohibición que implica el repudio también inconciente de los deseos.
Este síntoma se genera para aliviar las tensiones internas pero también para que su entorno la considere, la cuide, le preste atención. Asimismo, el poder que le da esta formación de compromiso, le sirve para cambiar actitudes de su pareja y así como una advertencia de castigo en caso de no cumplir con las necesidades de gratificación solicitadas.

“(…) obliga a su marido a hacer sacrificios pecuniarios y a usar miramientos que no habría tenido de estar ella sana, y, en caso de que se cure, lo fuerza a tratarla con precaución, pues de lo contrario amenaza tener una recaída.” Freud, Sigmund. [1901]

Las histéricas eran catalogadas por los médicos como:

“(…) seres enfermizos y delicados cuyo “débil sistema nervioso” había de ser tratado condescendientemente”. Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 57


¿QUIEN ES MÁS FRAGIL: EL ENFERMO O EL CUIDADOR?

Uno de los puntos que creo interesante destacar es que, sus ahora cuidadores de adulta, también pueden enfermar. Está comprobado que el cuidar a un ser querido puede ser una tarea gratificante, pero también puede ser cansadora, generando enojo, irritación, angustia. Todos estos factores constituyen un verdadero síndrome que repercute en  la vida del Cuidador, en su familia y por supuesto en el paciente.
Ante la claudicación del Cuidador el paciente es institucionalizado, o con seguridad la calidad de su vida disminuya.

“Hace apenas un siglo, la histeria ganó el respeto de la ciencia médica, que a lo largo de la historia había dado cuenta de ella como de un oscuro trastorno. A modo de auténtica sirena, a partir de entonces la mujer adornada con esta dolencia, “se mira pero no se toca”, El pensamiento científico hizo de la fragilidad un paradigma femenino.” Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 50

Este fragmento da cuenta de cierta habilidad de la enferma para aprovechar su condición y “fragilidad” para jugar con los sentimientos de los que la rodean argumentando debilidad psíquica y física.
Considero que se podría comparar con una fantasía narcisista, que implica tener el control de los actos de los otros.


CAMBIO DE LA FIGURA PATERNA: de egoísta patógeno a un rol normativo universal.

En el mito de Tótem  y Tabú,  el padre es egoísta y celoso. Guarda a las mujeres para sí, persigue y castra a los hijos. Es un padre de goce infinito.
Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna.
Existía un sentimiento ambivalente hacia el padre ya que lo odiaban por significar un obstáculo para su necesidad de poder y sus exigencias sexuales, pero también lo amaban y admiraban por su fuerza.
Tras eliminarlo y satisfacer su odio e imponer su deseo de  identificarse con él, surgieron el arrepentimiento y la conciencia de culpa.
Por la conciencia de culpa crearon los dos tabúes fundamentales del totemismo, que coincidieron con los dos deseos reprimidos del complejo de Edipo: el deseo de matar al padre y el deseo de gozar con la madre.

La Ley, representada por el padre, es la que prohíbe el goce y al mismo tiempo la que ordena la posibilidad del deseo y el placer. Aceptar esa ley implica la rivalidad con respecto a la madre y el deseo de asesinato.  Entonces el conflicto se sitúa entre la Ley y el goce absoluto del incesto.
La figura paterna deja de tener el rol patógeno para tener un rol normativo y universal. Es el recuerdo y temor hacia el padre muerto lo que mantiene en pie esta ley.

La prohibición del incesto es la ley universal gracias al cual se produce el paso a la cultura.
El Superyó es el heredero del Complejo de Edipo y sólo queda establecido una vez liquidado este.
En la vida psíquica del adulto el Superyó no es sólo la huella de la ley de prohibición del incesto, sino también implica renunciar al goce prohibido, mantener el deseo hacia ese mismo goce considerado inaccesible y salvar el pene de la amenaza de la castración.


EL PADRE EN LA HISTERIA y LA IDENTIFICACION

La histérica construye un padre ideal,  todopoderoso.
El horror de esta neurosis es encontrar a un padre que quiera gozar con ella, porque precisamente ese es su deseo. Frente al deseo de  gozar con el padre y el horror de gozar (con la madre), aparece el contrapunto de la idealización del padre.

La histérica busca hombres para colocar en esa posición ideal como referentes de esa figura paterna.

El enigma de la histeria es que el deseo es un deseo de insatisfacción. Al construir un padre ideal, pero también impotente, se garantiza que ese deseo de goce no se satisfará nunca.

En el texto “Psicología de las masas y análisis del Yo”, se argumenta que El Psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona. El varón manifiesta un particular interés hacia su padre: toma al mismo como su ideal.
Por otro lado, en el texto "El Yo y el Ello”, se habla de que los efectos de las primeras identificaciones, serán universales y duraderas.
Para Freud la identificación primaria, del yo al padre de la horda primitiva, es condición indispensable para investir al objeto ya que es lo que abre el camino al deseo.

Lograr elaboración y dominio de la resistencia

El analizado debe lograr una reconciliación con lo reprimido. Es decir, dejar de considerarlo un adversario, para integrarlo como una parte de su propio ser a partir de la cual podrá extraer valiosas enseñanzas para su vida ulterior.

En el análisis, el enfermo con la ayuda del médico, intentará descifrar sus resistencias para descubrir los impulsos instintivos reprimidos que las alimentan. Cuando se devele ese material desalojado de la conciencia, no deberá ser comunicado directamente al paciente ya que podría intensificar la resistencia y estancar la cura. 
El correcto procedimiento sería continuar el tratamiento logrando elaborar y dominar las resistencias. De esta forma, el paciente habrá hecho un gran avance en el tratamiento y podrá deshacerse de sus síntomas.



¿MUJER PASIVA?

El en el texto “La organización sexual infantil”, se explica que luego de finalizada la evolución sexual, en la pubertad se logra afianzar la polaridad masculino y femenino. Lo masculino comprende al sujeto, la actividad y la posesión del pene. Lo femenino implica el objeto y la pasividad.

Ya mucho tiempo antes que Freud, en la Grecia Clásica era una costumbre negar cualquier mérito a las mujeres. Asimismo, hoy en día:

“No hay forma de probar que la pasividad atribuida a las mujeres les sea propia (innata), ni el miedo, la timidez o la ansiedad; tampoco puede concluirse que el afán de dominio sea específico del varón y en correspondencia, natural a la mujer la disposición sumisa.” Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 92

En 1959, la creación de la muñeca Barbie, marcó un antes y un después respecto del modelo de mujer que existía.
“Muchas feministas celebraron la llegada de la Barbie que señala el fin de una imagen recatada del cuerpo, reivindicando su independencia económica, su autonomía como mujer (…)” Rodríguez, B. M. La femineidad ... Pág. 74

Muchos cambios históricos y culturales revolucionaron el papel de la mujer en la sociedad y lo continúan haciendo. Gracias a mujeres como Eva perón, Juana de arco, Madre Teresa de Calcuta, y un ejemplo muy nuevo: Virginia Rometty, la nueva presidenta y consejera delegada de IBM, entre otras, el rol femenino mutó y la, hasta ese momento, sociedad patriarcal mundial, la integró como individuo apto con derechos y obligaciones al igual que el hombre.





BIBLIOGRAFIA

Rodríguez, Beatriz M. La femineidad y sus metáforas; Buenos Aires; Lugar Editorial; 2005
Freud, Sigmund. “La etiología de la histeria”.En: Obras completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.
Freud, Sigmund. “Tótem y Tabú”.En: Obras completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.
Freud, Sigmund. “Psicología de las masas y análisis del Yo”.En: Obras completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.
Freud, Sigmund. “El Yo y el Ello”.En: Obras completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.
Freud, Sigmund. “La organización sexual infantil”.En: Obras completas; Buenos Aires; Amorrortu; 1992.

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