miércoles, 24 de septiembre de 2014

Sueño, Deseo y Procesos de Pensamiento

(FRAGMENTO) 


LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

ASIGNATURA: PSICOANÁLISIS I

Profesora Titular: Dra. Beatriz M. Rodríguez
Profesor Adjunto: Lic. Gustavo Gaccetta

Alumna: Miriam V. Jenicek
Turno: Noche


El psicoanálisis aportó desde sus concepciones, la diferencia entre la realidad fáctica y la realidad psíquica. La realidad virtual resulta una tercera realidad en donde se interconectan estas dos realidades, como forma de interconexión, valga la redundancia, entre los seres humanos a escala global a través de los medios electrónicos.
Teniendo en cuenta que nosotros percibimos estímulos externos e internos ¿qué lugar tomaría esta nueva realidad, desde el punto de vista del funcionamiento del aparato psíquico?
Desde el punto de vista de la teoría de los mecanismos del sueño y del funcionamiento del aparato psíquico, podríamos explicar esta nueva realidad como un proceso en cierto modo análogo. Si tomamos como refiere el artículo a la realidad virtual como “una ilusión tridimensional”.
El mecanismo del sueño, desde el psicoanálisis, se basa en el modelo teórico del aparato psíquico sacado de la física (modelo del peine) para explicar el funcionamiento de la actividad psíquica. El aparato psíquico está compuesto por instancias o sistemas. No tiene un ordenamiento espacial pero tiene dirección, tiene un ordenamiento temporal antes-después. La actividad psíquica se inicia en el extremo del polo perceptivo-sensorial del aparato psíquico, proceso de las neuronas sensitivas. Freud lo considera un aparato de reflejos con tendencia a la descarga. Se perciben concientemente los estímulos externos e internos, los cuáles producen respuestas o innervaciones motoras, una tensión progrediente y displacentera que provoca la descarga de esa energía a través de la motilidad, proceso de las neuronas motoras como función del extremo del polo motor del aparato psíquico.
La percepción de los estímulos forma huellas mnémicas que se enlazan en la memoria principalmente por asociación, primero por contigüidad temporal, o por temática o contenido de forma o afectivo, y se almacenan en el inconciente de forma permanente en forma de recuerdos. La persona, dice Freud, adquiere su carácter gracias a los recuerdos inconcientes formados por huellas mnémicas.
La percepción sensorial no se puede acumular, es fugaz. Le brinda cualidades a la conciencia aquí y ahora. Los recuerdos inconscientes pueden pasar a la conciencia, pero en el recuerdo no está impresa la cualidad sensorial. Una percepción actual me trae a la conciencia el recuerdo. El aparato psíquico está formado por pantallas que son instancias criticadoras o censuras entre el preconsciente e inconsciente y entre el preconciente y lo conciente. Pero él mismo se las ingenia para burlar ambas pantallas. El Inconsciente no tiene acceso directo a la Consciencia, salvo a través del Preconciente, el cual es operado por la censura y es modificado por los estímulos concientes. 
(…)
¿Cómo funciona el aparato durante el sueño?
Cuando dormimos no hay posibilidad de descarga motriz, entonces, el aparato psíquico toma el camino regrediente reflejo, es decir, desde el extremo motor (inhibido) hacia el extremo sensorial y esta es la razón por la que soñamos en imágenes. La corriente psíquica durante la vigilia va del polo sensorial al polo motor. En el sueño es al revés, hay una regresión.
Analogía con la realidad virtual:
Durante el sueño, el mundo externo se clausura. La actividad onírica mantiene dormido al soñante, mientras los estímulos (tanto externos como internos) se incorporan al sueño. En el caso de la realidad virtual, el casco y demás adminículos ayudan a aislarse de los estímulos externos. Incluso la propia adictividad e inmersión en el juego, producen como consecuencia el aislamiento sensorial del mundo externo.
Las imágenes o alucinaciones son huellas mnémicas que ya percibimos antes en la infancia o no pero nos llevan al deseo de la infancia que es el motor del sueño. Los sueños de los niños son transparentes, mientras que los de los adultos fueron desfigurados producto de la censura de aquel deseo infantil que el sueño se encarga de mantener inconciente, por ser incompatible con el yo del adulto. El factor desencadenante del sueño es un deseo insatisfecho que puede ser un desencuentro íntimo, un deseo sofocado del Preconsciente al Inconsciente, una escena de la noche anterior, un resto diurno. En el fondo, el deseo insatisfecho original, es un deseo infantil incapaz de llegar a la conciencia, que se apuntala y refuerza, se activa en estos deseos actuales más o menos cercanos a la conciencia.
(…)
En el sueño se inhibe la función motriz por un lado y, por el otro, en partes del sueño el cerebro no descansa; al soñar está tan activo como cuando estamos despiertos. A nivel psicológico, protege la psiquis eliminando estímulos perturbadores del dormir por vía de la satisfacción alucinada. Soñamos para no despertar. Freud dice que el elemento onírico “es algo no genuino, un sustituto de otra cosa, de algo desconocido para el soñante”. El conocimiento de aquello de lo cual el elemento onírico es un sustituto está presente en el soñante, pero le es inaccesible; en tanto la técnica de interpretación onírica radica en que “emerjan, por asociación libre sobre estos elementos, otras formaciones sustitutivas desde las que podemos colegir lo oculto”.
En este punto Freud introducirá el concepto de lo inconsciente para referirse a lo que previamente había sido descrito como ‘oculto’, ‘inaccesible’, ‘no genuino’, a todo aquello ‘inaccesible a la conciencia del soñante’. Por oposición se llamaran conscientes a “los elementos oníricos mismos y a las representaciones sustitutivas adquiridas por asociación a partir de ellos”.  Con esta definición no busca armar toda una construcción teórica, pero sí rescatar que el uso de la palabra ‘inconsciente’ como descripción conveniente y fácilmente comprensible es inobjetable. Ahora bien, si se toma la concepción del elemento onírico y se lo transfiere a todo el sueño, se tiene que el “sueño como un todo es el sustituto desfigurado de algo diverso, de algo inconsciente, y la tarea de la interpretación del sueño consiste en hallar eso inconsciente”. En otras palabras, el sueño es una totalidad desfigurada. O sea, que el sueño recordado no es lo genuino, sino su sustituto desfigurado. Mediante evocaciones de otras formaciones sustitutivas se nos ayudará a “acercarnos a lo genuino, a hacer consciente lo inconsciente del sueño. Por tanto, si nuestro recuerdo es infiel, simplemente se debe a que se ha introducido en ese sustituto una desfiguración más”.  Surge en el trabajo de la interpretación lo que  Freud llamó resistencia cuya exteriorización son objeciones por parte del soñante y son justamente aquellas ocurrencias que querían sofocarse (ocultarse) las que “se revelan sin excepción como las más importantes, las decisivas para descubrir lo inconsciente”. En este punto introduce un elemento cuantitativo (o si se prefiere gradual) con respecto a la resistencia. Cuando existe muy poca resistencia con aquello inconsciente (por ejemplo, algún deseo en particular) la desfiguración del sueño es muy baja y, por ello, es fácil que una ocurrencia (o unas pocas) nos lleve desde el elemento onírico hasta su inconsciente. Mientras que si existe una mayor resistencia con respecto a ese deseo en particular las desfiguraciones van a ser mayores y se necesitaran de largas cadenas de asociaciones para llegar a lo inconsciente. Freud consideraba que el sentido de los sueños es un sentido singular, se descompone pieza por pieza se asocia cada pieza en detalle con representaciones psíquicas (en conglomerados de representación), y cada fragmento consta de una serie de representaciones y asociaciones. El sueño se interpreta en detalles y cada fragmento va a dar lugar a una serie de ocurrencias. El sueño es muy complejo, podemos encontrar muchas asociaciones incluso en el tono de la palabra. Los estímulos perturbadores se refieren a ese o esos deseos no reconocibles gracias a la censura y gracias a los mecanismos del sueño de condensación o compresión y desplazamiento. Entonces, lo que la persona va a relatar en el recuerdo del sueño es el contenido manifiesto, que es un sustituto desfigurado formado por el inconciente de un contenido latente en si mismo. El aparato psíquico produce sueños y los sueños se producen a partir de los mecanismos del sueño (MS). Estos son la condensación, que es un mecanismo de elaboración onírica por el cual se subrogan o sustituyen en una única representación varias cadenas de interpretaciones. Varias ideas o elementos del contenido latente se reúnen en una sola imagen o representación del contenido manifiesto del sueño. Consiste en la concentración de varios significados en un solo símbolo; así, una persona soñada puede representar a varias personas de la vida real del individuo, un solo objeto a varios, una sola palabra a varias. La condensación se produce porque: 1) Ciertos elementos latentes se omiten por completo; 2) De muchos complejos del sueño latente sólo un fragmento se traspasa al manifiesto; y 3) Elementos latentes que tienen algo en común se aúnan en el sueño manifiesto, quedando fundidos en una unidad. Formas de condensación: compresión o condensación, superposición, yuxtaposición y síntesis. 
(…)
Luego, existe desplazamiento el cual es un mecanismo de elaboración onírica, por el que el significado fundamental del sueño puede aparecer en el contenido manifiesto como un elemento accesorio o secundario, y, al revés, el elemento más importante del contenido manifiesto presentarse como un elemento secundario del auténtico sentido. Este mecanismo hace que se traslade el significado desde la parte central del sueño a lugares accesorios de éste, ocultando al soñador el contenido onírico. Se exterioriza de dos maneras mediante la alusión: en lugar de soñar con un barco, sueño con la vela. O mediante el afecto o excitación se desplaza de un contenido importante a otro menos importante. Otro mecanismo es la regresión. A través de la regresión todos los sueños se abastecen de contenidos, deseos antiguos reprimidos, ideas latentes que están en la vida psíquica de las personas normales y gastan energía al no poder liberarlas haciéndolas conscientes, realizándolas por cuestiones morales, sociales, personales, etc., el mecanismo de regresión que es el que permite regresar a tiempos y recuerdos pasados y recuperar esas ideas para cumplir los deseos reprimidos, es el que junto con la condensación y desplazamiento da el significado del sueño. Por último, la figuración es la manera de objetivar un pensamiento en una escena: no hay palabras sino imágenes. Vivenciarla como protagonista o espectador o en 1er plano. El escenario del sueño es diferente al escenario de la vigilia, por el carácter regrediente de las imágenes oníricas. Como el sueño es una representación plástica, porque nosotros soñamos en imágenes, se tomó de la plástica el término de figuración (formación o expresión de una imagen plástica) y desfiguración para explicar lo contrario, que sería cambiar/desfigurar esa imagen por otra. La función del sueño es deformar el contenido latente. El sueño elimina los estímulos perturbadores del dormir a través de la satisfacción alucinada.
(…)
En la 8va conferencia Freud dejó en claro que “los sueños son eliminaciones de estímulos (psíquicos) perturbadores del dormir, por la vía de la satisfacción alucinatoria”, razón por la cual cada vez que un sueño nos resulta plenamente comprensible, revela ser el cumplimiento de un deseo. No obstante ello, la comprensión del sueño no es inmediata porque existe una desfiguración onírica que nos lo presenta como ajeno e incomprensible. Lo que buscará Freud en relación a esta desfiguración es saber, “en primer lugar, de dónde proviene, su dinamismo; en segundo lugar, lo que hace, y por último, cómo lo hace”. Por otro lado, está la censura en el sueño. Son varias las maneras en las que se manifiesta la censura, ya sea i) recordando débil, imprecisa o dudosamente un elemento del sueño; o, ii) produciendo atenuaciones, aproximaciones, alusiones en lugar de lo genuino; o, iii) desplazando el acento, reagrupando los elementos del contenido del sueño. Así, la “omisión, modificación, reagrupamiento del material son, por tanto, los efectos de la censura onírica y los medios de la desfiguración del sueño. La censura onírica misma es la causante, o una de las causantes, de la desfiguración del sueño”. Lo que en el trabajo de la interpretación suele aparecer como la resistencia por alcanzar el elemento inconsciente, suele ser en el trabajo del sueño la censura, la cual no se agota en la producción de la desfiguración, sino que permanece con el objetivo de mantener dicha desfiguración. Ahora bien, ¿qué es aquello que genera la censura?  Hasta el momento tenemos que la censura es la responsable de la desfiguración del sueño, pero aún no sabemos qué tendencias ejercen la censura y contra cuáles se ejercen. Las tendencias que ejercen la censura son aquellas con las cuales uno se siente más “cómodo”, considera que es lo “correcto” (…); mientras que las tendencias contra las cuales se dirige la censura serían de naturaleza enteramente repudiable, chocantes en el aspecto ético, estético o social, cosas en las que ni siquiera se osa pensar o en que se piensa con repugnancia (…). En el sueño los deseos censurados que alcanzan una expresión desfigurada son exteriorizaciones de un egoísmo sin límites ni miramientos de un yo desembarazado de todo freno ético, de todo tipo de censura y busca la satisfacción de todos los deseos que tiene. No obstante, a fin de no interrumpir el dormir, la censura se ejerce y se desfigura el sueño frente a un deseo determinado. La “desfiguración onírica es una consecuencia de la censura ejercida por tendencias admitidas del yo en contra de mociones de deseo cualesquiera, chocantes, que se agitan en nosotros por las noches, mientras dormimos”. Estos deseos que buscan perturbarnos mientras dormimos, nos son desconocidos y solo mediante la interpretación del sueño nos enteramos de ellos; son, por tanto, inconscientes. Freud habla de buscar el deseo inconciente, pero además la censura que lo sofoca.
(…)
Los dos modos de funcionamiento del aparato psíquico, tal como fueron descritos por Freud pueden ser radicalmente distinguidos. Desde el punto de vista tópico: el proceso primario caracteriza el sistema inconsciente, Desde el punto de vista económico-dinámico: en el caso del proceso primario, la energía psíquica fluye libremente, pasando sin trabas de una representación a otra según los mecanismos del desplazamiento y de la condensación; tiende a unir las representaciones ligadas a las experiencias de satisfacción constitutivas del deseo (alucinación primitiva). El proceso primario funciona a través de imágenes y no de palabras. Existe desde el comienzo de la formación del aparato psíquico porque viene en la programación del niño. La energía es libre, no está ligada a ningún recuerdo, y busca una descarga directa. En el bebé la energía va directo hacia la descarga de tensión sin rodeos y produce placer. Por esto, en este momento rige sólo el principio del placer, no hay postergación de la satisfacción. No está el principio de contradicción, ya que no existe negación ni afirmación. Pueden convivir los opuestos. No hay causa y efecto, no hay concatenación lógica de los sucesos. No hay palabras, sólo imágenes. Desde el punto de vista tópico, el proceso secundario caracteriza el sistema preconsciente-consciente. Desde el punto de vista económico, en el caso del proceso secundario, la energía es primeramente «ligada» antes de fluir en forma controlada; las representaciones son unidas de una forma más estable, la satisfacción es aplazada, permitiendo así experiencias mentales que ponen a prueba las distintas vías de satisfacción posibles. Este funcionamiento psíquico es un proceso progresivo elaborado secundariamente. A medida que el niño va interactuando con el medio, aprende a tolerar la postergación, la frustración que le produce la postergación. La madre lo calma con la palabra. Es la forma de trabajo del preconciente, y se va constituyendo su funcionamiento a lo largo de toda la vida. Es más complejo, inhibe al proceso primario. A nivel conciente, funcionamos a través de ella. La energía está ligada, inviste a la representación. Existe un rodeo hacia la meta del  placer por la inhibición de la descarga. Busca el placer, pero lo demora. Rige el principio de realidad. Lo que nos impone la realidad es la postergación. Hay identidad de pensamiento. Una cosa es lo que es y no puede ser lo opuesto. Existe el principio de contradicción. Inhibición de la regresión para no llegar a la alucinación. Está regido por la lógica formal. La oposición entre proceso primario y proceso secundario es correlativa de la existente entre principio de placer y principio de realidad.
(…)
La elaboración secundaria en el sueño, nos sirve para traducir las manifestaciones del inconciente a un lenguaje comprensible. La palabra es mediatizadora, habla de la importancia del preconciente. Es una forma de reacción del sistema Percepción consciencia perteneciente al yo, ante todas las imperfecciones, incongruencias, errores, etc. de las percepciones y hasta de las mismas actividades de pensamiento. Tiende a rellenar, a tapar, no percibir las imperfecciones, y a darle una forma coherente y lógica adecuada al proceso secundario. No pertenece al trabajo del sueño, sino que es el trabajo del yo ante la alucinación del sueño, por lo tanto una percepción a la que se le da creencia y a la que se le trata de entender desde el mismo momento de la percepción y más aún, en el momento de ser contado el contenido manifiesto del sueño. El efecto logrado es el contrario al aparentemente buscado por el yo consciente, pues con la elaboración secundaria el sueño se hace más coherente formalmente pero menos entendible en lo que hace a su lógica. Ello sirve a los fines de la censura, pues oculta el deseo reprimido. A la elaboración secundaria recurren también los síntomas neuróticos, especialmente los de la fobia y la neurosis obsesiva, en las que se confunde con la racionalización. Es también parte importantísima de la elaboración del delirio paranoico.
No podemos vivir sin proceso primario, pero sin proceso secundario, no podríamos sobrevivir en la sociedad.
(...)
La tecnología, y en particular la realidad virtual, posibilitarían cumplir el deseo escondido en esa alucinación primitiva de satisfacción que le permite al yo adulto dejar de rodear la descarga de la tensión producto del proceso secundario del inconciente, conciliar lo latente y lo manifiesto, y volver a descargar directamente la tensión (…). Seguramente, las historias e imágenes están a disposición de la consumación de este hecho, totalmente inconciente en la persona que está jugando roles o que utiliza la realidad virtual, ya que anula el proceso de pensamiento normal, se concentra en las sensaciones, y en definitiva, en la obtención del placer como objeto final y meta de la pulsión. O también podría ser el camino por el cual huimos de una primera vivencia dolorosa o de un afecto obsesivo que no podemos resolver, hacia una alucinación más placentera.
Entonces, la tecnología no es más que un medio para obtener la descarga de las diferentes pulsiones. La palabra queda en un plano muy acotado en este mundo. Socava el proceso de pensamiento reflexivo y de concentración, la relación subjetiva con la noción de tiempo, la ilación de la secuencia lógica de un pensamiento, donde la adaptación y aprendizaje de la lecto-escritura quedan muy por fuera de ese mundo. El escape desmesurado de la realidad y sus contradicciones, de la falta de postergación de la realización del deseo, de la falta de frustración, mediante la tecnología, sería como cualquier otro medio que nos sirva para eliminar la conciencia y ubicarnos como cosas producto de una sociedad alienada. Como cualquier adicción destructiva.
La realidad virtual, especialmente dentro de las nuevas formas de comunicación tecnológicas, posee la virtud de espejar un proceso mental en el ser humano análogo a las formaciones de compromiso. La comunicación masiva tecnológica es una forma de estar en el mundo. Describe algunas caras y aristas de nuestra forma de percibir y asir el mundo externo e interno en el que estamos inmersos como paradigma de nuestra actualidad.
Entonces, la realidad virtual se diferenciaría del desarrollo del aparato psíquico en cuanto se ubica en el primer estadio de desarrollo, que es el proceso primario. No podría evolucionar hacia un proceso secundario, ni mucho menos el sujeto podría realizar una elaboración secundaria del paradigma en el que estamos inmersos. Podría decirse que estas experiencias quedarán sólo en el plano sensorial al desconectarnos, nuestro aparato psíquico volverá a procesar la información tal como siempre, adecuándose nuevamente a la realidad fáctica. Pero todavía está por verse las huellas mnémicas que pueden llegar a formarse o no, la calidad del proceso secundario en el aparato psíquico luego de estas experiencias, y las adaptaciones del ser humano, a nivel biológico y psíquico a partir de los constantes cambios en nuestra sociedad, ya que básicamente somos seres bio-psico-sociales.
¿Cómo articulamos la constitución subjetiva y la realidad social?
El entorno socio cultural posee funciones de sostén narcisista e identificatorio. Hace ya décadas se pensaba que la escuela era una institución importante en la producción de ideologías colectivas y estuvo protagónicamente ligada a los procesos de formación cultural y de ascenso social. Pero el mercado ha tomado la delantera y nunca como hoy ha afinado las necesidades apuntando de manera precisa al imaginario de los consumidores. La impronta del consumo es hoy central en la transmisión del código social, y es incorporada tan tempranamente que pasa a formar parte de la trama identificatoria inicial. Esta observación se corresponde con el diagnóstico de una sociedad que ha sido ganada finalmente por el dominio de la imagen, el espectáculo, o el simulacro. “La imagen se ha convertido en la forma final de la cosificación para su transformación en mercancía”. (Debord; 1967). Un mandato trans-subjetivo convierte los cambios tecnológicos en un enunciado que dice que “todo se puede”. Se  puede cambiar la edad mediante la cirugía plástica; se puede dominar el placer y el displacer mediante las drogas; se puede fabricar un ser igual a uno mismo mediante la clonación, etc. Si bien estos enunciados parecen ampliar el campo de lo posible actúan muchas veces en discordancia con el tiempo interno necesario para su asimilación. Un transcurrir insoportablemente veloz del tiempo y una huida hacia delante de las cosas marcan la monotonía cotidiana con hachazos penetrantes pero siempre iguales y se construye un presente que repite constantemente “tensión-distensión”. La falta de compromiso o la evitación para el procesamiento de los conflictos psíquicos es muchas veces, el factor subyacente. Pero de cualquier forma las transformaciones tecnológicas son irreversibles por varias razones: en primer lugar porque desencadenan procesos sociales y productivos que tienen un impacto material tan fuerte como social y en segundo lugar porque operan en la dimensión cultural produciendo reformas no sólo técnicas sino incorporándose al imaginario convertidas en estilos que se presentan como la “naturaleza” de los discursos y las prácticas.

Bibliografía
Debord, Guy [1967] La sociedad del espectáculo. Paidós. Buenos Aires
Freud, Sigmund [1899] “La interpretación de los sueños”, en: Obras Completas, Vol. IV y V, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1992.
Freud, Sigmund [1915-16] “Conferencias de introducción al psicoanálisis”, en: Obras Completas, Vol. XV, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1992.
Freud, Sigmund [1916] “14ª Conferencia. El cumplimiento del deseo”, en: Obras Completas, Vol. XV, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1992.
Freud, Sigmund [1907] “El creador literario y el fantaseo”, en: Obras Completas, Vol. IX, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1992.
Rodríguez, Beatriz M. [2010] “Realidad virtual y psicoanálisis” en: ATENEA Publicación Académica de la UdeMM; Año IX – Nº 9; Buenos Aires; noviembre 2012.
Schust, Jaime P.; Contreras, Marily; Bersten, Marta; Carrara, Pilmayken & Parral, Jorge [1999] Redes, vínculos y subjetividad. Su recomposición como objetivo terapéutico. Lugar Editorial. Buenos Aires


miércoles, 17 de septiembre de 2014

La interpretación de los sueños; proceso primario y proceso secundario mirados desde la "Realidad virtual"

CARRERA:
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
ASIGNATURA:
PSICOANÁLISIS I

DOCENTES:
Dra. Beatriz M. Rodríguez
Lic. Gustavo Gaccetta

ALUMNA:
Lucila Soledad Núñez
LEGAJO: 15666

CICLO LECTIVO: 2014
 
Introducción
El Psicoanálisis es una práctica terapéutica fundada por el médico neurólogo austríaco Sigmund Freud alrededor de 1896. El concepto “Psicoanálisis” designa también aquel modelo teórico descriptivo y explicativo de los mecanismos, procesos y fenómenos implicados en la vida anímica humana.
En el siguiente trabajo se llevará adelante una explicación del escrito de Sigmund Freud del año 1900  La interpretación de los sueños: “El proceso primario y el proceso secundario. La represión”, en  relación  al artículo “Realidad virtual y psicoanálisis” de la Dra. Beatriz Rodríguez, que da cuenta cómo la red virtual influye en el pensamiento de los individuos.
Freud dice que el proceso primario se da desde el comienzo de la vida en tanto que el secundario se constituye poco a poco dependiendo de la singularidad del sujeto. A partir de este concepto basándonos en el artículo de la Dra. Rodríguez (2012) se ve cómo el proceso primario se  relaciona con la “realidad virtual” y  el proceso secundario con lo que ocurre en la realidad desde “fuera de la pantalla”.

Desarrollo
Para poder entender estos procesos y cómo se relacionan con el artículo, antes una explicación breve del aparato psíquico ya que ambos procesos aluden a los dos modos de funcionamiento del mismo.
El aparato psíquico es un sistema de integración de la vida de relación que adapta el individuo a su medio y asegura su autonomía. Tiene la capacidad de trasmitir y transformar una energía determinada, y se diferencia en sistemas o instancias. La función del aparato consiste en mantener a un nivel lo más bajo posible la energía interna de un organismo, y su diferenciación en subestructuras ayuda a concebir las transformaciones de la energía. Es decir que el aparato psíquico funciona como regulador entre la energía interna y las energías externas del ambiente. Se va a encontrar constituido por el consciente, el preconsciente y el inconsciente.                 
Ahora bien, dice Freud (1900): “En la formación del sueño participan dos procesos psíquicos de naturaleza diferente; uno crea pensamientos oníricos de perfecta corrección, de igual valor que el pensamiento normal; el otro procede con estos de una manera extraña en grado sumo, incorrecta.”(1)
El primero de estos procesos de que habla Freud se denomina Primario, y es el que permite conseguir la satisfacción con la realización de los instintos y deseos. El proceso primario es inconsciente y se manifiesta fundamentalmente en el sueño. Los mecanismos de elaboración onírica (condensación, desplazamiento, regresión, figuración plástica) pertenecen a este proceso. El otro proceso se denomina Secundario, y en él  se encuentran actividades y procesos que presentan la realidad propia que tiene el sujeto para así integrarse y adaptarse al medio que se va constituyendo en el curso de la vida. Este proceso a la vez tiene la capacidad de inhibir al proceso primario (la percepción, el pensamiento, el recuerdo, la memoria son ejemplos del proceso secundario).
Para que quede más claro Freud los explica en su escrito diciendo que “El proceso  primario aspira a la descarga de la excitación a fin de producir, con la magnitud de excitación así reunida, una identidad perceptiva (con la vivencia de satisfacción), el proceso secundario ha abandonado ese propósito y en su lugar adoptó este otro: de apuntar a una identidad de pensamiento (con esa experiencia). Los procesos primarios están dados desde el comienzo, mientras que los secundarios sólo se constituyen poco a poco en el curso de la vida, inhiben a los primarios, se les superponen.” (1)
Estos conceptos del psicoanálisis se pueden relacionar con el artículo publicado por Rodríguez (2012), cuando dice “…Los dispositivos tecnológicos han devenido curiosamente parte de nuestra identidad –lo sabe hoy cualquiera que haya perdido u olvidado se teléfono celular- nos completan, tiene la facultad de generar una ansiedad que ellos mismos se encargan luego de calmar: la ilusoria convicción de estar conectados” (3)
Lo mencionado antes se  puede ver en el proceso secundario, el cual se va constituyendo a lo largo de la vida, en donde por ejemplo el uso de ciertos objetos como el teléfono celular o un auto, hoy en día en una sociedad donde muchas veces importa más lo material, llevan a formar parte de la identidad de cada uno y mediante el pensamiento que se  forma desde   la primera vivencia de satisfacción, en la cual el bebé quiere poseer el pecho materno. De modo similar, con el auge de los medios de comunicación, el adulto quiere poseer un objeto (ejemplo un teléfono celular) como un modo de satisfacer lo que desea por la influencia de la realidad virtual.
Para aclarar con un ejemplo del artículo, el cual establece que la realidad virtual no reconoce fronteras porque puede ser compartida por otras personas y así dar lugar a nuevas identidades múltiples “(…) la red, es el espacio en que gran parte de los niños de hoy está creciendo, ya que casi todas las horas extracurriculares se dedican a la vida on-line.” (3)
Es decir que dentro de este sistema el se va involucrando en lo novedoso que sería “la red” y esto va a ejercer un efecto en las mentes, modificando la manera en que se piensa. Si lo comparamos con el proceso secundario, el cual  se va formando poco a poco, éste depende de la singularidad del sujeto para que alcance un mayor o menor interés del mismo, formándole su identidad de pensamiento, que se va a operar mediante un tiempo y espacio.
En cuanto al proceso primario se puede asociar cuando  Rodríguez dice que “(…) En la realidad virtual concurren las conocidas leyes del proceso primario del pensamiento; donde los usuarios pueden fingir su identidad o construir una identidad alternativa mediante sucesivas condensaciones y desplazamientos.”(3)
Es decir que una persona mediante un video juego o en la creación de una página social, puede crear nombres de fantasía, o una identidad falsa; participan así las pulsiones parciales en donde la energía fluye libremente hacia la descarga rápida. “(…) El usuario “tipo” se sumerge en la realidad virtual porque ella reproduce las condiciones del proceso primario de pensamiento, accediendo a este modo de funcionamiento mental en plena vigilia.” (3)
Al afirmar que el proceso primario se da desde el comienzo de la vida, nos referimos a que solo por el hecho de soñar y que eso tenga algo oculto ya estamos en presencia de este proceso. Como decía Freud (1900): “El sueño es un acto psíquico de pleno derecho; su fuerza impulsora es, en todos los casos, un deseo por cumplir; el que sea irreconocible como deseo, así como sus múltiples extravagancias y absurdos, se deben a la influencia de la censura psíquica que debió soportar su formación.” (2)
Similitudes que presenta el proceso primario con la tecnología o la realidad virtual:
·        Rige el principio de placer
·        Busca la rápida descarga de la excitación psíquica
·        Tiende a la inmediatez de la satisfacción.
·        No rige el principio de no-contradicción.
·        Opera la simultaneidad, en un tiempo y espacio
Similitudes del proceso secundario con la realidad por fuera de la pantalla:
·        Caracteriza al sistema preconsciente.
·        Rige el principio de realidad (fuera de la pantalla va a depender del individuo como toma esa realidad que se le está presentando, esto depende de la singularidad del sujeto).
·        Presenta una identidad de pensamiento
·        Rige el principio de no-contradicción.
·        Operan las categorías de tiempo y espacio.
Conclusión
Por todo lo expuesto anteriormente, se puede decir que el escrito del médico austríaco Sigmund Freud, sobre los procesos primario y secundario, coincide con la relación que se realizó en el desarrollo junto con el artículo de la Dra. Beatriz M. Rodríguez (2012).
Analizado el proceso primario desde lo tecnológico o la realidad virtual, se puede comprobar que este proceso está dado desde nuestros comienzos. Como lo dice Freud va a aspirar a la descarga de la excitación, por ejemplo ganar un juego virtual produce tal  descarga de excitación y satisfacción. Además se va a poder modificar el pensamiento propio del sujeto, cuando ya está inmerso en lo virtual en donde se consigue esa descarga.
En cuanto al proceso secundario comparado con el artículo, apunta a la realidad pero por fuera de la pantalla, el individuo en su preconsciente pero desde la realidad se va a involucrar a lo novedoso que sería “la red” y ésta va a influir en la manera que piensa, pero siempre dependiendo de la singularidad que lo caracteriza.


Bibliografía
·        (1) Freud, Sigmund (1900) “La interpretación de los sueños” (Cap. VII: punto E: El proceso primario y secundario. La represión), en: Obras Completas, Vol. V, Amorrortu  Editores, Buenos Aires, 1992.

·       (2) Freud, Sigmund (1900) “La interpretación de los sueños” (Cap. VII: punto B: La regresión), en: Obras Completas, Vol. V, Amorrortu  Editores, Buenos Aires, 1992.

·       (3) Rodríguez, Beatriz (2010), “Realidad psíquica, Realidad material. Cuestiones técnicas y clínicas”. Trabajo presentado en el congreso anual y xxv symposium de la A.E.A.P.G el 20 de octubre de 2010.



sábado, 6 de septiembre de 2014

Articulación teórica “Realidad Virtual” y Teoría Psicoanalítica




Universidad de la Marina Mercante

Licenciatura en Psicología

 

Asignatura: Psicoanálisis I


Profesora Titular: Dra. Beatriz M. Rodríguez


Profesor Adjunto: Lic. Gustavo Gaccetta


Alumna: Susana Estevez


Año: 2014



El presente trabajo intenta articular el concepto de Realidad Virtual con la Teoría Psicoanalítica.

Para ello tendremos en cuenta la publicación realizada por la Dra. Beatriz Rodríguez (2012) en la revista de la Universidad y puntualmente el capítulo VII del libro de S. Freud “La interpretación de los sueños” (1900).

Quisiera remarcar a mi criterio, la importancia dada desde el título del artículo a la relación establecida entre ambos constituyentes, con un nexo que los iguala e incluye en una misma categoría. “Realidad Virtual y Psicoanálisis”.

Comenzaremos por definir a la realidad virtual como un sistema tecnológico que utiliza novísimos instrumentos a fin de lograr gracias a ellos, transportar a las personas a una realidad material cuya existencia “pareciera” verdadera. La persona inmersa en ese espacio puede circular por allí libremente, atravesarlo, apropiarse de él.

Viene al caso la siguiente digresión. Como dijo Freud hay una realidad fáctica, por ejemplo la de estar escribiendo este trabajo y una realidad psíquica que logra filtrar un recuerdo  a través de una asociación afín a este tema.

 En una película estrenada este año, Divergente, se realizan unas pruebas colocándoles a los personajes unos cascos y conectándolos a un equipo son trasladados virtualmente a diferentes lugares en los que tienen que tramitar acciones, tomar decisiones, resolver de la mejor manera los conflictos que se les presentan; como ser encontrar la forma de no ahogarse en una cubeta que dé a poco se va llenando de agua, y el personaje debe resolver qué hacer para no morirse, en otra escena tiene que escapar de un animal salvaje que lo persigue y otras situaciones similares.

Se transita “libremente” por una realidad que pareciera ser real y material, se alucina con la satisfacción de salir aireado, lograr el éxito, como sucede con los jueguitos del video juego, donde la muerte no es la muerte el muñequito, animalito o tipito reviven una y otra vez acumulando vidas in aeternum. Esto sucede en un tiempo siempre presente, simultáneo.

Pero en algún momento el jueguito acaba, se retiran los cascos tienen que sobrevivir en esta vida que continúa, lenta, tediosa con objetos y personas físicas de existencia real, con rutinas, con pensamientos lógicos concretos.

 Cabría preguntarse: ¿qué sucedió?  Sucedió que se introdujo, se recreó, se coló durante la vigilia, las condiciones del proceso primario de pensamiento.

Al igual que el durmiente cuando reposa en su cama, donde logra desconectarse del mundo exterior y reina el reposo, la motilidad cede, se paraliza, para dar lugar al regreso a otra vida en la que la realidad legítima que gobierna es el pensamiento inconsciente, y a través del sueño logra expresarse y cumplir su deseo. Este es el espacio de pleno derecho del proceso primario.

Propongo establecer un paralelismo entre  realidad virtual sin fronteras  y el sueño como ombligo del mundo, relacionándolo con los dos principios del acontecer psíquico.

Cuando Freud habla del aparato psíquico dice que los mecanismos utilizados son los mismos tanto para sanos como para enfermos y que está compuesto por instancias que poseen una forma de ordenamiento temporal y una direccionalidad.

Toda actividad psíquica surge de estímulos que pueden ser internos o externos, estos entran por medio de las percepciones y va a llamar a este lugar, Polo Perceptivo, y a las descargas de energía, a la salida, Polo Motor. A este circuito lo denominó esquema del peine, es un esquema teórico ya que no está localizado en ningún lugar específico. Freud necesita legitimar su pensamiento y lo hace a través de la utilización del lenguaje de la física para darle el valor de ciencia.

Lo equipara a un aparato de reflejo, como un telescopio, lo que se ve no es el cuerpo material en sí, sino una imagen.

Al sistema situado en el polo perceptivo lo va a llamar inconsciente, porque no comunica con la consciencia sino a través del preconsciente, éste tiene la llave de la motilidad voluntaria y está situado en el polo motor.

Entre cada instancia se levanta la censura que a modo de pantalla filtra lo que debe o no pasar, es un sistema criticador que impide salir a la luz, las cosas no deseadas.

El único proceso psíquico que puede desarrollarse en el primer sistema es el proceso primario, la psique realiza un trabajo al que Freud denominó trabajo del sueño.

Él lo representa imbuido por las ideas marxistas de la época, como socio industrial en la formación del sueño a las ideas o restos diurnos encargadas de despertar un deseo inconsciente, y como socio capitalista, al sueño; el gasto psíquico va a ser un deseo de lo inconsciente.

Vamos a definir al deseo como una corriente que parte del displacer y tiende hacia el placer. Los deseos inconscientes siempre se hallan en actividad pero a pesar de ello no poseen durante el día la energía suficiente ni el permiso denegado por la censura para expresarse. Recién al surgir el estado de reposo, éste inviste con toda su energía para formar el sueño. De esta manera a través de diferentes mecanismos se transforman los contenidos latentes para poder ser aceptados por el yo, aplicándoles toda clase de deformaciones.

A través de los mecanismos del proceso primario, justamente por ser primero en el tiempo, dado desde el comienzo de la vida, sin esto no hay funcionamiento psíquico y éste es inconsciente. Cuando el bebé nace experimenta una necesidad, primero alucina con la satisfacción de esa tensión que le provoca el tener hambre, aquí se da el comienzo donde la energía psíquica fluye libremente y no está ligada a ninguna representación, va hacia la descarga directa, rápida, inmediata y debería proporcionarle placer, ejemplo succionar el dedo, esto lo va a calmar como sí, pero esto va a durar sólo un rato hasta que llega el alimento que satisface, el que lo va a calmar verdaderamente,  el que le otorga esa primera vivencia de satisfacción.

En esta etapa primitiva rige el principio de placer y esta manera de vinculación es típica de la infancia, donde no hay antecedente ni consecuente, todo es presente, simultáneo, inmediato, no rige el principio de contradicción, uno es lo que desea ser,  es en acto, puede ser grande o chico, estar vivo y muerto, hay yuxtaposición, no hay lugar para la lógica no hay negación ni afirmación. El proceso primario no es metafórico sino lineal.

Al soñar se conserva esta forma de pensamiento, realizando los deseos infantiles por un breve camino regresivo a la más temprana circunstancia del soñante, se conforma alucinatoriamente para seguir en este estado que no se sabe bien cuánto va a durar pero que provoca una enorme satisfacción.

Durante el proceso del sueño el contenido de las representaciones no es pensado sino transformado  en imágenes sensoriales, transportando al soñante a lugares que nunca habían ido, al mismo tiempo pueden estar acá y en la India, sin hijos cuando los tenían, como conductores cuando nunca habían sacado el registro, etc. y esas imágenes responden a otras reglas, a otros códigos, que no son los usados durante la vigilia, como decíamos al principio la realidad virtual ha encontrado la forma de apropiarse de estos códigos para dar la ilusión a los usuarios de la inmediatez, socavando las capacidades reflexivas y de concentración, ese es su triunfo y vigencia ya que ha burlado al preconsciente encontrando un atajo para permanecer impune a la crítica del yo, bajo el escudo de la realidad virtual.

En la construcción de las primeras huellas mnémicas, el aparato psíquico está incompleto, en esa decodificación que hace el infante donde se van a ir imprimiendo las formas en que se fueron satisfaciendo sus primeras necesidades para abrir paso a otro proceso tan importante  en el que la palabra va a adquirir el protagonismo, este es el proceso secundario de pensamiento, que se va a desarrollando paulatinamente en el curso de la existencia del ser humano , y tiene que ver con la incorporación de la cultura, del otro, el acto de pensar no es otra cosa que la sustitución del deseo alucinatorio. El proceso secundario es el que se desarrolla bajo la coerción del preconsciente, cuya misión es indicar a los impulsos provenientes del inconsciente los caminos más adecuados. Es el encargado de otorgar una identidad mental,  de pensamiento.

El proceso secundario actúa durante la vigilia,  está regido por el principio de realidad y   constituido principalmente por palabras, el pensamiento las necesita para expresarse, proyectarse emitir juicios críticos, este pensamiento es lógico formal, rige el principio de contradicción, hay discernimiento, las palabras permiten llegar a la comprensión, a entender e interpretar al mundo en que se vive. La palabra transmite los sentimientos y emociones por todo esto es tan importante el vínculo con palabra escrita, el leer nos provee  de una herramienta fundamental para la asociación para ponerle significado a las imágenes, las necesitamos para expresar los conceptos abstractos. A través de ellas privilegiamos el pensar sobre el percibir.

Cuando Freud en 1894 tuvo acceso al teléfono en su domicilio, toda una novedad para la época, él no dejó de privilegiar la escritura como el lenguaje “del ausente”. Vamos a transcribir sus palabras: “…un lujo inaudito se ha extendido hasta penetrar en capas sociales en las que jamás  había llegado antes…” (Freud, 1908; en la cita de Rodríguez, B. 2012). Tan actual el comentario, en nuestros días en los que todo el mundo pertenecientes a distintos estratos sociales tiene acceso a celulares de última tecnología aunque en ello empeñen la vida, permitiendo tener una conexión on line, full time, como el maestro, un gran visionario predijera “…tiempos futuros traerán nuevos y quizás inconcebibles progresos en este terreno de la cultura…” (Freud, 1930; en la cita de Rodríguez, B. 2012).

Las nuevas tecnologías ya forman parte de nuestra identidad, han penetrado tan profundamente en estos últimos años que ya forman parte de nuestro kit de humanos, como resultaría impensable salir a la calle desnudos, ahora también lo es sin el celular. Hoy se privilegia la imagen como lenguaje del ausente.

La hiperconexión que hay ha superado todas las barreras, las  de espacio y tiempo, las étnicas, sociales y podríamos agregar las íntimas. En este mundo globalizado todo es posible.

Se tiene acceso a los vínculos directos, a los amigos de los amigos, a los familiares de los amigos y a todo el que se quiera encontrar, a través del uso masivo de las redes sociales se despersonalizan los vínculos en los que se entran y salen sin tomarse el trabajo que significa conocer a otro en su totalidad, los fragmentos, la parcialidad desborda en la red, lo comprometido es brindar el tiempo para dar lugar a los procesos que se llevan a cabo en cualquier actividad que se emprenda, es poder renunciar a la inmediatez, para darle paso a los espacios para la lectura pausada de un artículo, de un libro. Espacio a la escucha con los tiempos del otro con una escucha genuina y no pensando en lo que sigue, en lo que me pierdo.

El éxito está dado por el acceso más rápido, episódico, no importa seguir la secuencia que es lenta e implica tiempo y atención, cada vez resulta más difícil sostener la linealidad, frente a la tentación de la transversalidad más económica e higiénica.

Lo preocupante es que al acceder en plena vigilia a este tipo de proceso desde etapas muy tempranas, ya que los bebés acceden al mundo digital sin el límite de un adulto atento, si primero toca la pantalla  y empieza a  interactuar en estas plataformas digitales  antes de manipular un librito de cuentos, antes de escuchar un relato, cada vez se irá debilitando  más el uso de la palabra, sacándole fuerza al proceso secundario tan necesario.

Dar un lugar específico al espacio de lo íntimo, lo privado, lo inconfesable aquello que es lo estrictamente singular, es dar una alternativa particular, es la dignidad de subrayar la dignidad del uno por uno. La conquista a batallar es privilegiar el pensar sobre el percibir, para ello se debería revalorizar el uso de la escritura, la lectura, la reflexión en lugar de rendir culto a la imagen.

Bibliografía:

Freud, Sigmund [1900] “La interpretación de los sueños” en: Obras Completas, Vol. V. Buenos Aires; Amorrortu Editores.

Pisoni, Norberto [2012] “La Presencia del Silencio”; en: Conexiones. Revista Argentina de Salud  Mental.  Nro. 27 Diciembre 2012, pp.11 a 16

Rodríguez, Beatriz M. [2010] “Realidad Virtual y Psicoanálisis” en: ATENEA Publicación Académica de la UdeMM; Año IX; Nº 9; noviembre de 2012.