jueves, 15 de septiembre de 2011

PROSTITUCIÓN Y PATRIARCADO

Universidad de la Marina Mercante
Facultad de Humanidades 
Carrera: Licenciatura en Psicología

Asignatura: Cultura y Subjetividad 

Trabajo Práctico: Prostitución y Patriarcado


Docente: Mag. Romelia Sotelo
Alumnas: Grisel Verónica Mercau
 Elsa Lucia Sanhueza Ortega
Turno: Mañana
Fecha de entrega: 29 de junio de 2011


INDICE
1.- INTRODUCCION
2.- DESARROLLO
2.1 El mito del rapto de las Sabinas
2.2 Esclava de tu placer
2.3 Pobreza y vulnerabilidad
2.3.1 Factores claves para la existencia de la prostitución
2.4 Origen del Patriarcado
2.5  Mirada subjetiva social femenina
2.6  Mirada subjetiva social masculina
2.7 Dominación Patriarcal

3.- CONCLUSION
4.- REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA


1.- INTRODUCCION 
En las sociedades patriarcales, la identidad masculina es sinónimo de virilidad y conquista sexual. Una de las actitudes más recurrentes, durante todas las guerras, para asegurar el sometimiento, es la violación sistemática de las mujeres del pueblo vencido. En consecuencia, la dominación a gran escala de la mitad de la población ha consistido en la objetivación de la identidad de las féminas, es decir, reduciendo su exigencia a disponer del propio cuerpo en una coquetería esclava e insana, a un cuerpo pasivo convertido en objeto de placer dispuesto a ser consumido por el género opuesto (el género activo que desea). 
Decidimos embarcamos tras las pistas de un problema, en una sociedad donde los códigos morales han sido flexibilizados y supuestamente tendería a desdibujarse la doble moral, no sólo llama la atención la permanencia de la prostitución, sino su crecimiento y diversificación.
En los últimos años ella ha adquirido mayor visibilidad pública: la oferta y la demanda se diseminan entre calles, hoteles, agenda empresarial, red virtual, turismo “amoroso” de la prensa.
Se alude a flexibilización de los códigos morales y de la doble moral, con una correlación significativa de la permanencia, crecimiento y diversificación de la prostitución
Así, estos recaudos epistemológicos debían ser tomados fundamentalmente en relación a los sesgos de una lógica de pensamiento binario -propia de la cultura occidental- que construye sentidos en términos dicotómicos y que permea por tanto nuestra propia subjetividad en tanto investigadoras.
2.- DESARROLLO
2.1  Mito del Rapto de las Sabinas
Una vez fundada Roma, Rómulo convoca a gente de otras comarcas para poblarla. En su mayoría concurren delincuentes, buscando mejores oportunidades que las que tienen en sus pueblos. No asisten mujeres. Entonces, los romanos convocan a los pueblos vecinos a una gran fiesta, pero estos vecinos, advertidos de la peligrosidad de los romanos, no aceptan la invitación. Sólo los sabinos, gente trabajadora y guerrera, llegan al festejo. Según un plan preconcebido de apropiación, en determinado momento los romanos se lanzan sobre las mujeres jóvenes y las secuestran. Tiempo después los sabinos, habiendo preparado su ejército, vuelven para rescatarlas. Pero ya las jóvenes estaban embarazadas o habían parido hijos y“quedarían unidas con ellos por el vínculo más dulce que pueda enlazar a los seres humanos, el de la maternidad. Debían por consiguiente moderar su rencor y dar sus corazones a aquellos a quienes la suerte había hecho dueños de sus personas (Tito Livio, Historia de Roma, Madrid, ed. Spes).
Los mitos cumplen una doble función en la cultura, el intento de dar respuesta a los enigmas que nos presenta la vida y el ocultamiento de la violencia para la justificación de algún sistema social. Es necesario no perder de vista ni la riqueza de la ficción alegórica ni la justificación y el ocultamiento de los sistemas opresivos que portan los mitos, porque nos hablan del pensamiento de la época
El mito del Rapto de las Sabinas sobre la fundación de Roma, refuerza el argumento de las mujeres en un lugar que aún ocupan: el de tolerar la violencia de la apropiación indebida; reforzar la unión hombre-mujer sin objeción posible por parte de ella en función de un rol que debe estar por encima de todo: la maternidad y la satisfacción sexual
Este modelo de abuso, de violencia, de apropiación y de engaño es el que sostiene la explotación sexual a lo largo de la historia. Este es sólo un ejemplo de los mitos patriarcales que impregnan nuestra cultura, manipulando las mentes de los sujetos para lograr apropiarse de las riquezas de los pueblos y los cuerpos de las mujeres, que operan como mercancía: un bien más. Esto nos introduce en el tema de las mujeres como preciado botín para satisfacer a ese tipo de cultura. Según Marx, no entran ni siquiera como valor de cambio, sino de uso. Esta característica de uso se conecta con la apropiación de las mujeres en general y, en el extremo de este continuo, prostituirlas.
2.2 Esclava de tu placer
Es igualita a tu fantasía. Bella y joven, casi adolescente. Esa pollera corta, deja ver más que el contorno de sus piernas. La boca pintada de rojo intenso, su mirada perdida, algo aletargada. Pero eso no te importa. Ella es justo lo que soñaste. Carnes firmes, pechos redondos. Te acercas a la barra y preguntas cuánto cuesta un momento con ella. El precio te parece conveniente, no es mucho para cumplir una fantasía. Un hombre la toma del brazo y la trae hasta donde estas. Ella ni siquiera te mira, pero no te importa, sólo quieres un momento con su bello cuerpo. Te pide que la acompañes hasta el final del pasillo, ahí entran en una habitación pequeña, sin ventanas. Ella se desnuda y se deja caer pesadamente en la cama. No lo podes creer, toda para ti por poco dinero. Ella no dice nada, solo a veces se escucha un sollozo. Acabas, te levantas y te vas”.
La prostitución ha sido definida históricamente en base a una concepción determinada de mujer y del lugar social que le corresponde. La figura femenina que la ejerce, es considerada necesaria para el resguardo de la institución matrimonial, pero al mismo tiempo es estigmatizada por constituir lo que las esposas no podían de ninguna manera seguir, por lo tanto no puede entenderse la construcción social de los roles sexuales sin tener en cuenta sus polos estigmatizados y sus funciones disuasorias. Es decir, una mujer será considerada tanto más femenina, según esta ideología, cuantos más atributos maternales caractericen su comportamiento. De esta manera garantiza su género y reafirma uno de los pilares de identidad. Cualquier cuestionamiento a la misma es vivido como un ataque a la integridad.
En el mundo, anualmente, alrededor de cuatro millones de mujeres y niñas son ingresadas a la prostitución. En la Argentina, 600 mujeres y niñas están desaparecidas, según las estadísticas oficiales. Ellas fueron introducidas en alguna de las 5 grandes redes mafiosas de prostitución que funcionan en el país. La forma de reclutamiento es el secuestro o el engaño. El método persuasivo: la tortura física y psicológica. Luego de sometidas, sus cuerpos se convierten en mercancía: se venden, se compran, se exportan, se importan. Los que sostienen la demanda: los clientes, los proxenetas y tratantes quienes ofertan.
2.3  Pobreza y Vulnerabilidad
En la visión evanescente y su dialéctica, Marx describe la aparición de un mercado mundial. La producción y el consumo -y las necesidades humanas- se hacen cada vez más internacionales y cosmopolitas. El ámbito de los deseos y las demandas humanas se amplía muy por encima de las capacidades de un obrero o una prostituta, entonces nos preguntamos:
“¿Cuál es la verdadera causa que origina el tráfico de la mujer, no solamente de la blanca? Naturalmente es la explotación, que engorda el fatídico Moloch del capitalismo con una labor pagada a un misérrimo precio, lo que empuja a miles de jóvenes mujeres, muchachas y niñas de poca edad hacia el pozo sin fondo del comercio del lenocinio.”(Emma Goldman, feminista anarquista 1869 – 1940)
La trata de personas para fines de explotación sexual es la consecuencia de la naturalización de la prostitución. Naturalización que perpetúa la violencia que se ejerce sobre mujeres, niñas y niños vulnerables. No es posible encarar esta problemática sin observar la multiplicidad de factores que actúan. Terminar con esta práctica violenta no es un pensamiento utópico.
2.3.1  Factores claves para la existencia de la prostitución:
ü      El sistema patriarcal productor y reproductor de la opresión, esclavización y muerte de mujeres, y básicamente de las mujeres a quienes prostituye.
ü      La demanda del prostituidor cliente, que determina la existencia de la prostitución.
ü      El imaginario social del prostituidor.
ü      Las crisis económicas, que hacen buscar oficios rentables.
ü      El capitalismo en su fase neoliberal como productor de trabajo, conllevando a esclavitud.
ü      El prostituidor reclutador, personaje clave para destruir la resistencia de las mujeres con el objeto de ingresarlas a la prostitución, llegando incluso al secuestro.
ü      La globalización que propicia de una u otra manera las redes internacionales de tráfico, produciendo el brutal incremento del secuestro, tráfico y muerte de jóvenes, niñas y niños.
ü      Los medios de comunicación masiva, que inducen y ofrecen modelos sexuales prostituidores, actuando sobre el imaginario social y favoreciendo la dominación proxeneta. Así se consolida la opinión pública afín a la prostitución, y se genera también su expansión, produciendo en este caso una réplica masiva de lo que hacen los proxenetas, en lo individual, para socavar la resistencia de las mujeres que prostituyen.
ü      El sistema patriarcal-neoliberal favorecido por la globalización pretende hacer pasar la explotación sexual como si fuera trabajo, buscando legalizar el poder obtenido mediante la violencia y el secuestro, y así incrementar aún más sus ganancias
2.4  Origen del Patriarcado
Fromm sostuvo que antes de establecerse la supremacía masculina existía una envidia del embarazo en el hombre, un encono hacia la fuerza y la potencia femeninas, que hoy puede encontrarse. Partiendo de esta concepción, para derrotar a la mujer, el varón debe probar que no es inferior a ella, que él también  tiene el don de producir y como no posee útero con que  producir, debe hacerlo de otro modo, con el pensamiento y la palabra.

El resultado más evidente de la revolución patriarcal fue la destitución del status de la mujer, por la cosificación masculina de la organización familiar social y religiosa. Durante el transcurso de este proceso los hombres derrotaron a las mujeres, las sometieron y lograron imponerse como gobernantes en una sociedad jerárquicamente organizada

El sistema social patriarcal que se instauró, se caracterizó por la autoridad del padre en la familia, la imposición de la monogamia a las mujeres y la sustitución de la religión de las diosas madres, por un sistema que correspondía con dicha organización social patriarcal

“La capacidad para trasmitir la vida evoca necesariamente la facultada de quitarla. La aptitud reproductora de la mujer supuestamente ilimitada y omnipotente, resultará a la vez amenazante, generando fantasías y temores, cuyas significación  habrá de extender a la sexualidad toda de la mujer, representada como una fuerza inagotable y devoradora. Por cierto las mutilaciones genitales femeninas transforman literalmente a la hembra humana en un mero objeto para la satisfacción del varón y limitan el erotismo de la primea, excluyéndola de toda posibilidad de placer sexual.” (Rodríguez, B.; La femineidad y sus metáforas; 2005)

2.5  Mirada subjetiva social femenina
Se vincula a la existencia de dos modelos sociales de mujer: uno positivo, el de “madres posas” y otro negativo, el de las prostitutas, las que no tienen desenfrenos sexuales, asociándolo a mujeres que “tienen un temperamento más ardoroso para satisfacer repugnantes vicios y esas son las adúlteras, las fornicadoras y las concubinas del diablo, o la expresión del mismo” (Rodríguez, B.; 2005), son las que no tienen vergüenza o persuasión para disuadirlas de tales actos. Este último serviría como elemento de control de las primeras, que deben atenerse rígidamente a las normas de conducta asignadas para no ser “confundidas con” o “tratadas como” si lo fueran
En cambio el polo negativo encarado desde adentro, de lo empírico, desde la mirada subjetiva de la prostituta considera la prostitución en uno de sus aspectos como violencia ejercida por el hombre contra mujeres, niñas y niños. Está reconocida oficialmente como una forma de explotación y constituye un problema social, que no sólo daña a la mujer o niña/o que es prostituida sino también a toda la sociedad
2.6  Mirada subjetiva social masculina
Hay miradas contrapuestas de ambos sexos en cuanto al goce. En el imaginario social prostituidor es una muestra de lo instituido, la mujer está colocada en el lugar del goce del otro, no en el lugar del deseo del otro, en cambio “la mujer no se entrega al varón, de quien en efecto podrían prescindir, sino al placer mismo, y esa entrega es su goce. Su sensualidad desbordada se despliega de una experiencia de éxtasis intransferible análoga al misticismo”. (Rodríguez, B.; La femineidad y sus metáforas; 2005)
Desde el código psicoanalítico, el deseo es efecto de la prohibición de la ley del incesto. En tanto hay algo prohibido, debe existir algo eternamente deseante, la fuerza de la vida se manifiesta en producción deseante. Y es ella la que caracteriza nuestra forma de existencia humana
La composición del concepto de deseo vinculado a la ley, encuentra anclaje con la concepción de falta, vertiente del pensamiento judeocristiano. Ligada al pecado, a una posición de deuda y a un lugar de culpa, configura una serie que en tanto tal, no puede desprenderse: culpa, falta, deuda
La envidia, según M. Klein es un sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseable, siendo el impulso envidioso el de quitárselo o dañarlo, además la envidia implica la relación del sujeto con una sola persona y se remonta a la relación más temprana y exclusiva con la madre
En la relación entre las dos posiciones sexuales, históricamente es envidia del hombre hacia la mujer en su capacidad de procreación. Y, si hay un campo en el que el goce y el cuerpo de la mujer están afectados por un fantasma masculino, es el de la prostitución. El fantasma masculino es que se puede obtener el goce de una mujer mediante el pago. El hombre, en su fantasma, cree que puede tratar el goce de las mujeres como algo del orden del tener, como si se pudiera tener a una mujer o tener lo que ella tiene, como no puede la rebaja a mero objeto.
En otro plano advertimos una constante: la omisión discursiva de la figura del cliente en la relación de prostitución. Omisión no casual y sí “parte del poder de exclusión del discurso, que de esta manera borra las huellas de la producción de una práctica social, dejando como únicas responsables a las mujeres y eximiendo de responsabilidad a los hombres”
“Un cliente se transforma en un cliente porque paga. Está haciendo una transacción comercial.” Cuando una persona está cometiendo abuso de otra, el pago por el abuso no lo transforma en acto comercial; es un acto que priva a la otra persona de su lugar de sujeto, por lo tanto de sus derechos humanos. El pago, así, es un acto de perversión: no se pueden comprar personas.
“La mujer de uno no puede hacer cosas que la prostituta puede hacer.” La mujer en situación de prostitución tampoco puede “hacer cosas” sin sufrir daño, agravado en el caso de ella por la frecuencia y por la diversidad de prácticas perniciosas que se le exige que cumpla.
“El hombre puede recurrir a la prostituta por necesidad sexual o porque le gusta. ¿Sabés por qué? Por la fantasía que tiene, tal vez tu novia no te hace ciertas cosas. Y vos sabés que a la otra mina le decís ‘Hacé esto’ y lo hace, porque vos le estás pagando. No te van a decir: ‘No, yo no lo hago’. Y es una fantasía que el tipo quiere que se le cumpla (extracto articulo diario Página 12)
“Hay cosas que moralmente no se hacen con una persona querida, pero que con una prostituta ni lo pensás porque está para eso, no lo vas a hacer con la madre de tus hijos.” Aquí encontramos dos aspectos disociados en la cultura patriarcal y en el individuo: la sexualidad cosificadora y el amor; el primero, depositado en la mujer prostituida, y el segundo en la mujer-madre. Además, se trata de una doble moral. Lo que él considera inmoral de sí mismo se lo impone a la mujer prostituida, obligándola porque le paga, y deposita en ella su propia inmoralidad. Lo que para estos varones no es “moral” con la persona querida es su sexualidad de dominio: con la mujer a la que prostituyen, esa “inmoralidad” queda negada.
No obstante, el prostituidor – “cliente” puede necesitar a alguien que lo mire en su acto: exige un ser humano, él sabe que ella no es una cosa, pero su goce consiste precisamente en rebajarla a una condición de uso: la trata como objeto, pero espera y exige que ella, como persona, ponga la mente y el cuerpo a su servicio. Necesita de la sensibilidad de ella para satisfacer su goce; y la necesita, además, como testigo de su acto. Trata a las personas, sabiendo que son personas, como si no lo fueran; denigra a la mujer en tanto ella realiza actos humillantes: ese acto denigratorio, el acto de destruirla como sujeto, le produce placer.
A veces buscan mujeres por su belleza o por su educación. Estos casos evidencian que valoran a la mujer como botín: lo que ellas representan. El nexo es emblemático: él, si “la tiene”, participa ilusoriamente de las características de ella.
Este lugar desde el cual se puede acceder a la degradación del otro produce la degradación del varón en cuestión como sujeto mismo (S. Freud: “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”). Por eso la existencia de la prostitución y, en este momento, su expansión, tienen graves efectos en la cultura y la sociedad.
Es necesario advertir sobre las consecuencias que tienen estos comportamientos en las mujeres prostituidas (Magdalena González, “La otra tortura”, Página 12, sección “Psicología”, junio de 2005). En muchos casos, estas consecuencias son comparables a las de las personas que han sufrido tortura física y psíquica, llegando al suicidio; también, a ser víctimas de asesinato por parte de los proxenetas y prostituidores-”clientes”.
2.7  Dominación patriarcal
La hipótesis freudiana sobre el padre de la horda primitiva: “… un padre violento, celoso, que se reserva todas las hembras para sí y expulsa a los hijos varones cuando crecen (…) Un día los hermanos expulsados de se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda primitiva” (Freud, S., Tótem y Tabú),  refleja como del origen de la sociedad patriarcal, los hijos cometen parricidio para apropiarse de las mujeres que el padre sometía bajo su poder absoluto, lo que se sigue sosteniendo, es ese principio de placer, sobre todo respecto de las mujeres.
La invención freudiana estuvo en el origen de una nueva concepción de la familia occidental susceptible de tomar en cuenta no sólo la declinación de la soberanía del padre, sino también el principio de una emancipación de la subjetividad. El principio mismo de la autoridad sobre el cual siempre se fundó la familia está hoy en crisis en el seno de la sociedad occidental, e incita de manera incesante a restaurar la figura perdida de Dios padre en la forma de una tiranía
Las relaciones de poder instituidas por el sistema patriarcal que domina nuestras sociedades favorecen a los varones y discriminan a las mujeres. Los textos escritos y tradiciones orales muestran la historia de la opresión de las mujeres desde la perspectiva masculina. En este sistema patriarcal el único deseo posible es el masculino, convirtiendo a las mujeres en objetos de goce, posibles de ser poseídas y apropiadas.
Entonces la prostituta, ella misma, se da ilusiones de libertad, necesidad ésta de justificarse social y moralmente. Pero en realidad no existe, como estamos viendo, diferencia entre prostitución voluntaria y prostitución forzada: se trata más bien de un nudo apretado donde se unen discriminación, esclavitud, opresión y aceptación resignada del orden social (masculino).
La aceptación social y cultural del consumo de la prostitución implica una legitimación de la violencia sexual que se ejerce. No sólo porque existe un intercambio de dinero, o cualquier otro intercambio comercial, sino porque refuerza la cosificación de las mujeres. Se alimenta todavía la visión de que el acceso sexual al cuerpo femenino es un derecho masculino fundamental que puede ejercerse a través de la mercantilización del cuerpo femenino así como a través de la obligación, la de un servicio sexual que las mujeres deben a los hombres y que se inscribe dentro de la negación de su propio deseo.
La visión tradicional del hombre es legitimada: un hombre que rechaza una relación real con una mujer muestra su poder mediante el dinero, controla sus sentimientos sin comprometer nada de su persona y se desprende del riesgo del reencuentro y de la reciprocidad. Sin embargo en esta acción sexual violenta no hay sexualidad, porque el deseo y el placer de las mujeres están suprimidos.
3. CONCLUSIÓN 
El hombre, si ha sido educado para respetar a la mujer y la sexualidad de ésta, tendrá una sexualidad armoniosa fundada en su propio placer y el de la mujer. La idea de agresión sexual varía considerablemente según las culturas sin que se produzca una variación correlativa en los niveles de testosterona. Lo que ocurre es que, en la mayoría de las sociedades, el hombre es constantemente animado a tener deseos sexuales y a satisfacerlos (en orgullo a su virilidad), cuando, por otro lado, las mujeres son reprimidas.
El proceso de socialización de los hombres está construido sobre la certeza de que su sexo les otorga derecho a disponer del cuerpo y de la sexualidad de las mujeres. Tratándose de este supuesto derecho, es legítimo conseguirlo y preservarlo, aunque sea con violencia.
El cliente/prostituyente siempre esta invisibilizado en esta práctica, a pesar de ser quien sostiene la demanda, por lo tanto no recibe ningún tipo de estigmatización, muchas veces es desde los medios de donde parte la aprobación del consumo de los cuerpos.
En la prostitución, los hombres utilizan los cuerpos de mujeres para comunicarse entre ellos mismos y para expresar lo que les une, su envidia, y que al fin y al cabo se reduce a que ellos no son mujeres. Podría decirse que esta práctica es el medio para ejercer poder y degradar a la persona al nivel de objeto
La prevención de la prostitución pasa necesariamente por la sensibilización de los hombres por su responsabilidad en ese fenómeno, para que afronten los conceptos que han formado de su propio rol y de las verdaderas consecuencias de ellos.

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

* BERMAN MARSHALL Todo lo sólido se desvanece en el Aire. Siglo XXI. España
* CORIA CLARA. El Sexo Oculto Del Dinero. Buenos Aires; Paidós; 1997.
* FREUD, SIGMUND, Tótem y Tabú. Obras Completas, Amorrortu editores, 1980. Buenos Aires
* GOLDMAN, EMMA, feminista anarquista 1869 – 1940
* GONZÁLEZ, MAGDALENA.  “La otra tortura”. Página 12, sección “Psicología”. Junio de 2005
* GONZÁLEZ, MAGDALENA. “Patio de atrás del sexo”.  Pagina 12 sección “Psicología”. Julio de 2009
* RODRÍGUEZ, BEATRIZ. La Femineidad y sus Metáforas. Buenos Aires; Lugar Editorial; 1ª edición, 2005.
*ROUDINESCO ELISABETH. La Familia en Desorden. Buenos Aires; Fondo de Cultura Económica; 2010.
* TITO LIVIO, Historia de Roma, Madrid, Ed. Spes. Por Gonzáles M.