jueves, 24 de marzo de 2011

Ensayo sobre el film "La Ola"



Universidad de la Marina Mercante

Facultad de Humanidades



Carrera: Licenciatura en Psicología

Asignatura: Antropología

Trabajo Práctico: Ensayo acerca del film “La Ola”


Docente Titular: Mg. Victoria Sánchez Antelo


Alumna: María Mónica Bergmann

Fecha de entrega: 25/11/2010

Curso: Segundo cuatrimestre de 2010 – Turno noche.



Nota Preliminar
El presente trabajo es resultado del ejercicio de reflexión propuesto en la materia Antropología, de primer año de la Licenciatura en Psicología. La estrategia pedagógica ha buscado que los estudiantes, desde el inicio de su trayectoria académica, sean capaces de establecer relaciones entre los conceptos teóricos expuestos en la asignatura y, como en este caso, materiales de ficción que habiliten el análisis de realidades concretas.
Mg. Victoria Sánchez Antelo


Introducción
El Nazismo fue un movimiento político que se constituyó entre 1919-1920 en Alemania, también conocido como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo. Este movimiento, que al poco tiempo fue comandado por Adolfo Hitler, conseguirá posicionarse como partido de gobierno entre 1933 y 1945. El mismo, instaurará una forma de estado no democrática caracterizada por la falta de reconocimiento de la libertad y los derechos del hombre generando una fusión entre la sociedad y el Estado en un intento de dominio sin límites. Además de esto, engendrará una valorización de la violencia como principal medio para alcanzar sus fines.
Mas allá de que el nazismo terminó, muchas de sus concepciones continuaron. Lógicamente, en Alemania existe más preocupación respecto de estos temas que en cualquier otra parte del mundo debido a la responsabilidad y culpabilidad históricas que aún perduran.
La película sobre la que hoy haré un análisis, se basa en un experimento llevado a cabo en Abril de 1967 en California, por el profesor de historia Ron Jones, sobre sus alumnos de secundaria, para demostrarles cómo pudo ser posible el régimen nazi y cómo la población alemana pudo declararse ignorante de las matanzas. Cada clase proponía una consigna que iba definiendo al grupo: Fuerza a través de la Disciplina, Fuerza a través de la Comunidad, Fuerza a través de la Acción y Fuerza a través del Orgullo. Al profesor le sorprendió cómo estas órdenes fueron adquiridas rápidamente por sus alumnos y cómo el movimiento se extendió a gran velocidad por la escuela. Antes que la situación se le fuera completamente de las manos, anunció a sus alumnos que La Ola era parte de un movimiento nacional y los convocó a una reunión al día siguiente. En la reunión les anunció que habían sido parte de un experimento para que pudieran sentir en carne propia, la superioridad que habían experimentado los ciudadanos alemanes durante los años de nazismo.
La Ola, rodada en el año 2008, viene a demostrar que el totalitarismo y un régimen fascista podrían volver a instalarse nuevamente en la actualidad.
El material fílmico me generó diversos interrogantes: ¿Con qué fin se crean estos grupos totalitarios?; ¿Quién se beneficia: el grupo o el líder?; ¿Existe la posibilidad de que el arrepentimiento se considere un accionar permitido, y no penado, luego de haberse insertado en el grupo?
El presente ensayo irá buscando los puntos de contacto entre los conceptos antropológicos de cultura, identidad y diversidad a través de las diferentes escenas de la película, para luego llegar a una conclusión que de luz acerca de por qué es tan fácil dominar y por qué los individuos se apegan tanto a un líder fuerte.

Contexto

La época que marcó a Alemania con el genocidio impulsado por Hitler parece aún repercutir en la mente de muchos individuos. La cultura que en ese momento acompañó al gobierno, era una organización coherente “creada socialmente por una comunidad de acuerdo a la forma en que entabla las relaciones con la naturaleza, los hombres de su comunidad y de otras comunidades” (Garreta, M. J., 2001; pp. 26-27); pero, asimismo, guiada por un líder cuyo objetivo era engendrar un espíritu xenofóbico de odio, miedo para expulsar a “los otros” de su territorio; a todo aquel que no sea de raza aria principalmente los judíos a los cuales ellos entendieron como los causantes de todos los problemas de Alemania.
Argumento fílmico
Durante una semana de actividades del instituto escolar dedicada a los sistemas de gobierno, se distribuyeron entre algunos profesores determinados temas. Al profesor protagonista de la película le tocó explicar la autocracia. Para esto, decidió adoptar una metodología más práctica que teórica en sus clases a fin de que los alumnos pudieran entender de una mejor forma cómo fue y cómo funciona un régimen totalitario.
Al principio la clase se mostró indiferente ante la mención del régimen nazi y admitían que era imposible que se repita algo parecido. Con el correr de los días, el interés por las clases creció, haciendo que jóvenes de otros cursos se cambiaran a su aula. El sentimiento de pertenencia, el poner en común sus deseos, valores, símbolos y puntos de vista, les dio seguridad para seguir adelante y transmitir su entusiasmo a otros alumnos en busca de más seguidores. “la cultura hace de lo indiferenciado natural – potencialmente peligroso – algo ordenado y habitable con algún grado de seguridad”. (Garreta, 2001; p. 24)
El fin de la clase era transmitir un conocimiento pero, a la vez lenta y rápidamente, se fue desviando de esa meta. A medida que los estudiantes se iban haciendo más y más cómplices del proyecto, su accionar se tornó autoritario e incontrolable. Se fue transformando en un movimiento fuerte y decidido, impulsado por la necesidad de pertenecer y poseer el poder de decidir. Todo esto mediante actos de vandalismo a espaldas del profesor Wenger, quien inconscientemente se vio arrastrado a la locura que él mismo había desencadenado.

Más allá de todas las críticas, el profesor resultó ser un líder hábil para manejar la psicología de las masas especialmente tratándose de jóvenes con entusiasmo y energía en lo que respecta a unificarse a través de un ideal y crear una fuerza en disciplina, acción, pertenencia y orgullo.

Exclusividad e Imposición

En oposición a los intereses e ideas compartidas, se podía fácilmente detectar quiénes en la clase no estaban de acuerdo con la ideología vigente. Específicamente dos mujeres, Karo y Mona, afirmaron no estar dispuestas a continuar con el proyecto y lo abandonaron. Desde ese momento, los miembros del grupo consideraron que las mismas no serían dignas de ningún tipo de permiso ni reconocimiento a nivel escolar. Ese argumento generó que se empezara a correr la voz acerca de la exclusividad del grupo “La Ola”. Este último discriminó a determinados individuos por no pensar como ellos y en ese punto se relaciona claramente con la prohibición de la libertad y de los derechos del hombre característicos del régimen Nazi.
Como diría Turgot, “cultura es una lucha permanente por imponer ideas y valores. Esta imposición implica una dominación que impide al otro manifestar su identidad” (citado en Gravano, 2006; p. 80). El nivel más alto de imposición se alcanzó una vez que el grupo ya había elegido un distintivo y un uniforme. Nadie externo al grupo que quisiera presenciar una reunión del mismo, podría participar a menos que portara los mismos distintivos. De esta manera, comenzó a difundirse su carácter dictatorial por establecer los comportamientos que serán considerados aceptables y los que no.

Un dirigente particular

La mentalidad que el profesor implantó en los alumnos a raíz de sus ideas y su carácter revolucionario, semejante al de un adolescente, generó lo opuesto a la cita que propongo analizar: “vivir en la cultura implica vivir en un mundo de significados en construcción permanente y no en un mundo de ideas fijas (…) cuyo sentido no pueda ni deba ser contrastado respecto a condiciones reales” (Gravano, 2006; pp. 82-83). Por pertenecer a un estado en democracia, o al menos así debería entenderse nuestra actualidad política, consideramos que todas las pautas de estado y leyes deben ser revisadas con cierta frecuencia y adaptadas a las necesidades de la sociedad dependiendo del contexto. Pues bien, lo que muestra el film es que este grupo tuvo en cuenta sólo sus propios intereses y deseos dejando a un lado la comunidad como medio de sostén y como un TODO en el que el consenso juega un papel fundamental para evitar conflictos y desigualdad social, es decir, parafraseando a Gravano, que aunque no compartamos los intereses de quien domina, estar en una cultura siempre implica aceptación y consenso. (Gravano, 2006; pp. 80-81).

Evidentemente la modalidad del profesor a cargo no fue la ideal.  Por esta razón, llama marcadamente la atención la permisividad de las autoridades escolares que, ante la aparente mejora en el comportamiento y disciplina de los adolescentes, prefirieron callar y no cuestionar los métodos del profesor.
En cada encuentro semanal de clase, el profesor avanzaba haciendo participar a la gran mayoría y confiando en la capacidad y potencial de sus estudiantes. En ninguna circunstancia se despreció a ninguno de ellos por no responder en tiempo y forma. En cambio, se los alentaba a que pensaran con detenimiento para que sus respuestas fueran concisas y exactas. Esta confianza y visión de potencial que tenía Rainer, el maestro, en sus alumnos,  se puede observar claramente en la escena en la que cambia a todos de lugar y los hace sentarse con aquellos con quienes probablemente jamás hubieran elegido. La justificación que les da por dicho acto es que mezcló alumnos de notas buenas con alumnos de notas malas para que ambos pudieran sacar provecho de la facilidad del otro y así mejorar sus calificaciones. Esto se funda en implementar una pauta básica del totalitarismo: el soporte entre uno y otro.


Los hombres que llevan adelante un movimiento social tan severo y estricto como el Nazi, ¿tienen sentido común?

Partamos de la base de que “el sentido común no es lo que percibe espontáneamente una mente liberada de propensiones; es mas bien, lo que colige una mente llena de presunciones”. (Geertz, 1994; p.105) y “cualquier persona con sus facultades razonablemente intactas puede llegar a conclusiones de sentido común” (Geertz, 1994; 103). Esas presunciones intuitivas actuarán como un discurso mediador en la relación con los otros dependiendo de la realidad socio-histórica en la que cada individuo esté inmerso. Este concepto se puede ejemplificar con la escena de la película en la que todos están en la clase y se propone el uso de un uniforme. Un alumno argumenta no poseer ese tipo de ropa y otro le responde: “¡Te compras una!” como si fuera obvio que todos tienen dinero como para comprarse cualquier cosa que quieran. 

Identidad: ¿Pertenencia o Diferencia?

En una sociedad en la cual sólo se concibe al sujeto como tal por formar parte de una identidad colectiva (Garreta, 2001; p. 154) la individualidad no está bien vista. Tim, el personaje más controversial de la película, constantemente busca pertenecer y ser incluido. Siente que demostrando su valor o coraje en determinadas acciones, logrará que lo respeten e idolatren. Lo crítico del rol que él adopta es que en todo momento hace que su vida corra peligro. Por ejemplo, se puede mencionar la escena en la que salen por la calle a pintar graffitis y ninguno de “su equipo” se anima a pintar el símbolo de La ola en una obra en construcción. Él admite poder hacerlo y sin dejar que sus compañeros lo eviten, corre a trepar por los andamios para llegar a lo más alto del edificio. Lo que él no mide es el riesgo tanto de caerse como de ser arrestado por la policía.
Pienso que la explicación que da Da Matta acerca de este punto, esclarece lo que acabo de mencionar: “el hombre no puede verse a sí mismo. Necesita del otro como su espejo y su guía” (Da Matta, 1998; p.178). Tim precisa de los otros para encontrarse y salvaguardarse de los que inicialmente no le dieron un sentido de pertenencia: su familia.

Levi Strauss sugiere que “el hombre se mueve entre lo real (máscara) y lo imaginario (espejos) en su búsqueda de la identidad. Los individuos son portadores de diversas identidades porque cada sujeto tiene relaciones más intensas con determinados grupos” (Garreta, 2001: p. 153) esto se detecta claramente en la película ya que cada alumno que se une al grupo adopta una identidad determinada que lo incluye pero a la vez lo diferencia del resto. Por esta razón, el concepto de identidad es simultáneamente pertenencia a un nosotros y diferencia de los otros. Existe otra cita que clarifica aún más este concepto: “En la vida cotidiana pueden alternarse diferentes identidades según las circunstancias. (…) todas esas identificaciones son partes de uno mismo: son como las capas delgadas de una cebolla que conforman al fin y al cabo una unidad” (Chiriguini, 2008; p. 52).

Racismo e Identidades Negativas: ¿subyacen personalidades incomprendidas y débiles?

Parafraseando a Ma. Cristina Chiriguini, la idea de una identidad grupal es la de marcar fronteras, una territorialidad (...) con esta identidad ponemos un límite entre nosotros y el otro (Chiriguini, 2008; p. 52). En el caso del accionar totalitario, este límite está determinado en gran parte por comportamientos racistas hacia el otro diferente, ubicado en inferioridad de condiciones. Según la ciencia moderna, el concepto de raza permitirá explicar la diversidad presente y “justificar” los abusos y las desigualdades sociales” (Gliotti, et al, 2008; p. 348).
Se puede completar este concepto con la siguiente cita: “A través de la desvalorización del “otro” es posible reconfirmar y reivindicar la propia identidad amenazada, subordinada y excluida” (Gliotti, et al, 2008; p. 362). Las personalidades que generalmente ajustan a este papel, suelen ser sujetos con baja autoestima que intentan ocultar este sentimiento hacia sí mismos y mostrar el opuesto sobrevalorando sus capacidades e imponiendo sus ideales, provocando el nacimiento de una identidad negativa:

los procesos de exclusión o aceptación que afectan a los sujetos y a los grupos pueden generar identidades negativas. En algunas circunstancias una estrategia consiste en ocultar la identidad para evitar la discriminación, el exilio o la misma muerte.” (Chiriguini, 2008; p. 57)
El principal ejemplo de la película relacionado en este apartado es el personaje de Kevin, un chico, teñido de rubio, adinerado en quien se ve claramente una personalidad latente débil, llena de inseguridades, pero su personalidad manifiesta es la de un “chico malo” que vive del poder que ostenta, para generar miedo y respeto, en cuya habitación podemos observar una serpiente como mascota. Este animal tiene infinidad de significados adjudicados a la largo de la historia, pero en este caso, podemos asociarlo con una persona cruel y autoritaria, que oculta sus malas intenciones, implacable en su castigo y de mala reputación.

Conductas Adquiridas Conjuntamente

Para iniciar este apartado quisiera citar a Garreta: en la conciencia colectiva es posible detectar determinadas conductas grupales que son analizadas como el producto de la experiencia común de los individuos que forman parte de un grupo” (Garreta, 2001; p. 152)
En la convivencia grupal se fueron generando ideas que desencadenaron en conductas y acciones. Por ejemplo: La utilización de un nombre, un saludo, un logo y un uniforme. En mi opinión, los últimos dos ítems fueron los más controversiales y problemáticos del film.
Comenzaré por hablar del uniforme. Tanto algunos maestros como alumnos cuestionaron el uso de una vestimenta uniforme. En una escena el profesor pregunta si alguien sabe qué es lo que distingue a un grupo, y Lisa, una estudiante, respondió: “La vestimenta”. Instantáneamente, luego de que el profesor incite al uso de ropa semejante entre los miembros durante el tiempo que dure el proyecto, se generó una discusión acerca de lo que implica el uniforme. Según Lisa conlleva a eliminar las diferencias sociales, pero según Mona, otra estudiante, elimina la individualidad. Claramente, es un rasgo que fomenta el sentimiento de pertenencia al grupo, elimina diferencias individuales y difumina la capacidad crítica y racional.
En segundo lugar tenemos al logo. Este también se le ocurrió al maestro a causa de detectar la habilidad gráfica de uno de sus alumnos. Éste último se encargó de diseñarlo. El inconveniente surgió una vez que todos los miembros del grupo decidieron salir durante la noche para “adornar” la ciudad con su símbolo. Principalmente no tuvieron en cuenta que este accionar es considerado vandalismo, y por otro lado, por pintar su logo por encima del de los anarquistas, desencadenaron una pelea callejera.
El nombre también generó disconformidad, especialmente en una alumna llamada Karo, ya que fue una de las que propuso un posible nombre, pero solo triunfó el que tuvo más votos. Por último, el saludo fue idea de un alumno mientras comía helado y generó bastante interés en el profesor quien lo puso en práctica sin duda alguna.
La no utilización de los símbolos por miembros del grupo fue causa de repudio y discriminación. A Karo, una de las jóvenes protagonistas, se la excluyó en varias oportunidades por no portar camisa blanca o bien sólo por el hecho de discutir el uso de la misma. Según Garreta, “la identidad básica implica entender el uso del idioma, códigos comunicacionales del grupo de pertenencia y ciertas representaciones y creencias que en un principio son asumidas acríticamente, no discutibles.” (Garreta, 2001; p. 153)

En la secuencia final de la película se pone en evidencia la obediencia ciega a la autoridad. Hay una pérdida del espíritu crítico y reflexivo por parte del individuo, el cual es absorbido por el grupo que en forma de movimiento en masa acatan las órdenes de una forma desinteresada. Esto se ve claramente cuando el profesor manda traer ante sí al “traidor”.
Quisiera hacer un breve análisis respecto de la actitud acrítica, la irreflexión, la atemporalidad y masificación de los miembros de un movimiento totalitario.
Los individuos inmersos en este movimiento actúan sin reflexionar, sin la suficiente conciencia como para guiar su accionar en base a sus propias convicciones. Actúan acríticamente cegados por la posibilidad de pertenecer a algo supremo que genere un cambio radical en sus vidas.
Las pautas de un régimen totalitario hacen que el hombre pierda cualquier posibilidad de encontrarse en el mundo formando parte activa de él. Está preso en una realidad ajena, in-humana, llena de idealidad pura.
Lo que ocurre en estos casos es la anulación de la actualidad en pos de un tiempo futuro. La ausencia de determinación espacio-temporal no niega, que los regímenes totalitarios estén inscritos en un contexto socio-histórico determinado, sino que pone en evidencia que se piensan a sí mismos como divorciados de cualquier circunstancia.
“En esta situación el hombre pierde la confianza en sí mismo como compañero de sus pensamientos y la confianza en el mundo que se necesita para realizar experiencias.” (Arendt, 2004; p. 574)
Porque no hay finalidad, no hay una “esfera pública” en la que actuar o a la que pertenecer; hay individuos atomizados, aislados, no se instaura una comunidad: esa es la sociedad del Uno, un falso “entre-todos”.
Como ya mencionó Hannah Arendt, las circunstancias socio-políticas o culturales que permiten el advenimiento de los regímenes totalitarios están directamente vinculados con las sociedades de masas, que se definen como la “sociedad del Uno” y que están caracterizadas por una solidaridad negativa, (Arendt, 2004; pp. 385-408) que surge como consecuencia de una experiencia de fracaso, tanto individual como colectiva: El término masa se aplica sólo cuando nos referimos a personas que no pueden ser integradas en ninguna organización basada en el bien común.
Por una parte, los hombres pierden su libertad y la posibilidad de crear nuevamente el mundo, de comenzar de nuevo, y por la otra, como dice Hannah Arendt, existen en el desarraigo y la superfluidad: Estar desarraigado significa no tener en el mundo un lugar reconocido y garantizado por los demás; ser superfluo significa no pertenecer en absoluto al mundo.
El terror generado al concluir el film es lo que da lugar a la obstrucción de la experiencia, arruina y desfigura las relaciones entre los hombres haciendo imposible la comunidad, condenando a los hombres a un aislamiento sin retorno.


Jóvenes, Adolescentes ¿Incomprendidos y Desamparados?

Desde la perspectiva de los adultos, los jóvenes son concebidos como seres inseguros, desinteresados, peligrosos, rebeldes, victimizadas, en transición”. (Chaves, 2006; pp. 14-16)
Marco y Tim, los dos alumnos en quienes resulta más evidente la carencia de un ambiente familiar, expresan a flor de piel este sentimiento de desamparo, incomprensión y la necesidad de sentirse parte de un grupo. Esas cosas son las que verán satisfechas al entrar en La Ola.
Las sociedades totalitarias se nutren de individuos que no tienen arraigo familiar y tienen un déficit de pertenencia; e incluso fomentan este desarraigo. Esto lo hacen ya que precisan de individuos con un cierto grado de odio hacia el prójimo para que luego de inmersos en el régimen, no duden y puedan ejercer sobre los otros, conductas de completa discriminación y marginalidad.
Análisis de la escena final de la película
En la última reunión del grupo de La Ola, el profesor les juega una trampa a todos los alumnos presentes. Les hace creer que este movimiento emprendido debería continuar más allá del proyecto escolar. Al oír los gritos de aceptación, el maestro argumenta que, la incógnita acerca de si era posible o no que un régimen tan cuestionado pudiera volver a implantarse, se había resuelto. La Ola se estaba comenzando a gestar como tal. Él mismo admite haber ido demasiado lejos y envía a todos los presentes a sus casas para pensar en lo ocurrido. Pero uno de los alumnos no toleró este abandono. “La Ola es mi vida”, argumentó Tim apuntando a todos con un arma de fuego. Acto seguido, implantó el terror en la sala con un disparo hacia uno de sus compañeros y luego se suicidó.
Un nosotros ideal sobredimensionado puede ser el síntoma de una enfermedad colectiva” (Garreta, 2001; p. 171). Considero que esta cita es excelente para cerrar este análisis. La ilusión patológica que Tim había construido en su mente acerca del alcance y futuro de La Ola estaba totalmente errada, y más allá de que el profesor se haya arrepentido de sus actos, no queda de lado su intención inconciente de que este proyecto siguiera su rumbo y se contagiara a toda Alemania. Los perfiles psicóticos de estos dos personajes afirman con énfasis que para dirigir una dictadura hay que estar inmerso en la locura.

Conclusiones

Al principio de este ensayo me cuestioné acerca del fin que reúne a estos grupos totalitarios. Por un lado se juntan personalidades ciertamente patológicas caracterizadas por una amplia necesidad de sentido de pertenencia. Estos se unifican formando un bloque que, según su discurso, se implementa a fin de eliminar la desigualdad y generar una mejor redistribución de los bienes en la sociedad. Lo que probablemente se les va de las manos es que, al formar un movimiento tan fuerte, probablemente vayan a existir opositores y su actitud frente a ellos es negativa ya que prefieren eliminarlos antes que dialogar y llegar a un acuerdo como personas civilizadas. Ese último término es en el cual me quiero detener: “civilizadas”. Los miembros de este bloque no deberían considerarse civilizados ya que al estar sumergidos en este régimen, pierden de vista lo que se requiere para formar parte de una civilización y vivir en comunidad. Mas allá de que se busque a gente desarraigada, exiliada, para integrar este movimiento, al fin de cuentas se busca fomentar la individualidad, el egoísmo, la indiferencia. Esas son pautas inapropiadas para emprender una vida en sociedad.
En segundo lugar, grupo y líder se benefician del movimiento, teniendo en cuenta que el líder es quien probablemente goce más por la satisfacción que le genera saber que él fue quien dirigió el accionar que concluyó en gratificarlos. Quien no se beneficia en absoluto es el que queda afuera, el otro, el no miembro, el “inferior”, que queda recluido, marginado.
Ante la pregunta acerca de si el arrepentimiento puede llegar a ser considerado un accionar permitido, y no penado, luego de haberse insertado en el grupo, mi respuesta es básicamente que no. Arrepentirse de los ideales que se proponen en este movimiento está penado con la muerte. En la película no se castiga a Karo por desvincularse del equipo ya que aún el régimen no estaba del todo enraizado. Sin embargo, si el bloque hubiera estado del todo fortalecido, también sus reglas lo estarían, con lo cual, no se permitiría que existan arrepentimientos.
“¡O estás con nosotros, o estás en contra!”, exclamó el profesor en la última escena.
Avanzando con las conclusiones que, a mi criterio, se desprenden del análisis realizado, nos enfrentamos a la cuestión de por qué es tan fácil dominar y por qué los individuos se aferran tanto a un líder fuerte.
Los sujetos que buscan dominar, siempre hallarán una mente más débil, más joven, ignorante, posible de ser maleable y utilizable para el fin deseado. Lo que sí, esta mente debe estar acompañada de un carácter sumiso y desorientado. Por esta razón son los jóvenes y adolescentes, considerados perdidos por los adultos (Chaves, 2006), quienes son más viables de ser dominados. Por otro lado, los individuos inseguros suelen apegarse a un líder fuerte ya que lo idealizan. Lo utilizan para resguardar sus acciones y también para corregir sus errores. Se sienten parte de algo, parte de él, al seguir sus órdenes y convicciones.

Considero que los temas desarrollados influyen objetivamente en mi formación como psicóloga. Hemos recorrido puntos como: Características de un líder; cuándo se considera a determinadas actitudes como racistas; Quienes son los “otros”; Formación de identidad grupal; Perfiles psicopatológicos; entre otros, y pienso que las bases antropológicas dan mucho jugo a las consiguientes explicaciones psicológicas ya que brindan a los conceptos un fundamento histórico y social que será de gran ayuda al momento de caracterizar a tal o cual síndrome o trastorno.

Para finalizar, la pregunta que me hago es: Más allá de considerado finalizado y hasta abolido por determinados sectores sociales, ocurrió de nuevo en California, entonces, ¿Podría darse nuevamente un régimen fascista en la actualidad?



Bibliografía

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GARRETA, M. J. (2001) Introducción al tema de la identidad
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GEERTZ, C. (1994) El sentido común como sistema cultural
GEERTZ, C. (1994) Desde el punto de vista del nativo: sobre la naturaleza del conocimiento antropológico
GIGLIOTTI, V.; GUTIERREZ, R.; LANDER E. y UBICH N. (2008) Reconstrucción teórico-conceptual del racismo
GRAVANO, A. (2006) La cultura como concepto central de la Antropología


Sitios Web consultados:

http://www.cafebabel.es/article/28384/die-welle-cine-aleman-dictaduras-la-ola.html   2/11/10 - 20.33pm

http://www.scribd.com/doc/42985015/textos-ola-resumens  22/11/10  -  10am